La pasada semana se celebró en Viena una conferencia sobre el antisemitismo y el antisionismo que contó con la presencia del primer ministro austriaco, Sebastian Kurz, y con un mensaje de vídeo del líder israelí, Benjamin Netanyahu.
En el evento tuvo especial relevancia Moshe Kantor, presidente del Congreso Europeo Judío, federación que engloba a las comunidades y organizaciones judías en el continente. En su intervención aseguró que “hoy en día, en las calles de Europa, las personas son asesinadas nuevamente por ser judíos” y alertó de que “las comunidades judías en Europa están cada vez más preocupadas por su seguridad y son pesimistas sobre su futuro”.
En su opinión, “Europa ya no tiene el monopolio del antisemitismo. Ninguna comunidad judía, en ningún lugar del mundo, por fuerte y bien organizada que sea, ahora es inmune al odio a los judíos. La lucha contra el antisemitismo merece mucho más que simples declaraciones de buena voluntad. Necesitamos políticas concretas y legislación reforzada”.
Políticas para combatir el antisemitismo
Y fue entonces cuando Kantor, en nombre del Congreso Europeo Judío, presentó un “Catálogo de políticas para combatir el Antisemitismo” y que tenía una extensión de 150 páginas.
Uno de sus capítulos hace “recomendaciones sobre grupos e instituciones religiosas” y en ellas cita tanto la Biblia como el Corán. “Las traducciones del Nuevo Testamento, del Corán y de otros textos cristianos y musulmanes necesitan glosas, presentaciones que enfaticen la continuidad con la herencia judía tanto del cristianismo como del islam y advertir a los lectores sobre los pasajes antisemitas que hay en ellos”.
De este modo, el texto recoge que “si bien se han hecho algunos esfuerzos en esta dirección en el caso del cristianismo, estos esfuerzos deben extenderse y ser consistentes en ambas religiones”.