(Cope.es) Monseñor Miguel Asurmendi Aramendia, Obispo de Vitoria, y miembro de la Comisión Episcopal de Misiones de la Conferencia Episcopal Española, ha hablado esta tarde en el programa de El Espejo. Además de explicar el mapa humano y eclesial de la diócesis de Vitoria –que antes englobaba todas las diócesis vascas y que comprende toda la provincia de Álava más los enclaves de Orduña (Vizcaya) y del Condado de Treviño y Lapuebla de Arganzón (Burgos)- ha explicado como, en sintonía con el Papa Benedicto XVI, el plan pastoral de su diócesis tienen como uno de sus objetivos principales el acercamiento a todos los fieles de la Palabra de Dios, a lo cual ha ayudado el gran éxito de la exposición "La Biblia: Historia de un pueblo que busca su libertad". También ha explicado como la pastoral juvenil es prioritaria para él, pues los jóvenes son “el futuro de la Iglesia”, y lo satisfecho que esta después de ver a tantos jóvenes de su diócesis rezar "muy bien" en acontecimientos recientes de la diócesis en los que se les ha convocado, como han sido el llamado “Solasean 2008”, sobre el sufrimiento humano, y la 13ª Marcha a Estíbaliz. El obispo ha valorado muchísimo la experiencia pastoral con los jóvenes en los colegios diocesanos y de congregaciones religiosas, así como en las parroquias, con grupos de de ellos, donde se esta ofreciendo una profunda espiritualidad. Respecto a las misiones, ha recordado como la diócesis de Vitoria es una de las diócesis españolas con más tradición misionera. Incluso hoy es de las que cuenta con más misioneros repartidos por todo el mundo (más de 500, de los que 350 son religiosas). No han faltado palabras sobre el atentado en Legutiano, el pasado miércoles, por el cual la banda terrorista ETA asesinó al Guardia Civil, Juan Manuel Piñuel Villalón, y que causó heridas de consideración a cuatro miembros de dicho Cuerpo. Monseñor Azurmendi dijo que este atentado pudo además haber causado la muerte a decenas de personas, y que procuró en el funeral mostrar su cercanía y cariño a los familiares del guardia civil asesinado y a la propia Guardia Civil. También quiso dar “una palabra de justicia y una palabra basada en la verdad, porque la dignidad de la via humana debe ser siempre respetada”. Añadió que, en medio del dolor y de la indignación, consideraba una buena noticia el constatar que "la mayoría del pueblo vasco ha ido dándole la espalda a ETA".