(El Universal/ReL) Pastores protestantes aseguraron esta semana que el crecimiento de las iglesias evangélicas en Chiapas en los últimos 40 años ha costado la expulsión de comunidades indígenas por intolerancia religiosa, así como la creación de un centenar de asentamientos de grupos étnicos desarraigados y lejos de sus lugares de origen. Fernando Martínez Aguilar, pastor de la Iglesia presbiteriana, aseguró que en las últimas cuatro décadas los indígenas evangélicos han pagado con su expulsión y desarraigo el profesar una fe distinta a la católica. Martínez manifestó que a pesar de la creciente expansión evangélica, los cacicazgos locales, los usos y costumbres, y el rechazo de los católicos tradicionalistas, continúan siendo los principales obstáculos de los credos protestantes. En abril pasado fue incendiado un templo adventista en el municipio de Las Margaritas. Católicos que no son católicos Monseñor Felipe Arizmendi Esquivel, Obispo de San Cristóbal de Las Casas, diócesis donde más incidentes se han producido, aseguró que los conflictos no suceden entre católicos diocesanos y protestantes evangélicos, sino entre éstos y los llamados tradicionalistas, que no dependen de su diócesis. Arizmendi afirmó que su "diócesis no alienta ni aprueba las expulsiones de quienes deciden profesar otra religión diferente a la de la mayoría, aunque sea un acuerdo tomado en asamblea. Toda expulsión o discriminación por motivos religiosos no es acorde con el Evangelio, y por tanto la Iglesia Católica la rechaza y la condena. Los obispos, los sacerdotes, las religiosas y demás agentes de pastoral no promovemos esas intolerancias." Tras asegurar que procuran "educar a nuestros feligreses en el respeto a otras religiones, en el aprecio a las diferencias y en la colaboración en asuntos comunes", reconoció que los casos de persecución "nos rebasan, pues son decisiones que no dependen de la diócesis, ni de católicos cercanos a las parroquias, sino de `tradicionalistas´ que, aunque se dicen católicos, no respetan la Constitución, ni la Biblia o al obispo, sino sólo sus normas y costumbres internas". El arzobispo de Tuxtla, sede metropolitana de Chiapas, Monseñor Rogelio Cabrera López, consideró por otra parte que la movilidad de sus feligreses hacia otras religiones es parte de la decisión personal y la libertad religiosa. Para el arzobispo, la religión católica es aún mayoría en Chiapas, con 3 de los 4.2 millones de habitantes de la entidad, aunque calificó de preocupante que los católicos busquen otras religiones. “En los últimos 40 años, la Iglesia católica ha crecido, principalmente en calidad y profundidad de vida cristiana, así como las evangélicas han crecido en cantidad”, dijo. Según la Iglesia presbiteriana, debido a las expulsiones masivas, al menos un centenar de comunidades indígenas evangélicas fueron creadas en diferentes municipios de la región de Los Altos de Chiapas. “Con visión progresista y cultura de trabajo cristiano, los evangélicos han logrado sobrevivir y progresar fuera de sus poblados de origen”, señaló Martínez. Actualmente, en el municipio de Teopisca se encuentran las comunidades evangélicas de Betania, Lluvias de Gracia y Belén. En San Cristóbal de las Casas las colonias La Nueva Esperanza y La Hormiga; en Chanal, el municipio está divido en barrios, de los cuales sobresalen los más progresistas habitados por evangélicos. De acuerdo con el presbítero evangélico Juan Marcos Hernández, gran parte del municipio de Tenejapa es rico por la influencia positiva del cristianismo práctico. Marcos Hernández, pastor de la iglesia Getsemaní en Tuxtla Gutiérrez, señaló que el crecimiento del evangelio en Chiapas es mayor y más profundo en las áreas indígenas y rurales. “Ahí está la fuerza religiosa. En algunas comunidades como Tenango, en Ocosingo, la iglesia crece”, aseguró. Las autoridades civiles han demostrado su incapacidad para asegurar la libertad religiosa en el estado chiapanenco