(Manuel Mª Bru/COPE.es) En el ideario –aún vigente- del Partido Popular, se dice que este está “inspirado en los valores de la libertad, la democracia, la tolerancia y el humanismo cristiano de tradición occidental”. Analizando pormenorizadamente el texto de la Ponencia del Partido Popular, cabe preguntarse cuál es en esta ponencia el peso de los planteamientos del humanismo cristiano, o si la ponencia refleja, entre otras fuentes de inspiración, la aportación de no pocos políticos católicos de dicho partido, entre los que se encuentran los políticos vascos Mayor Oreja y María San Gil. La respuesta a la pregunta de si el texto de la ponencia política del próximo congreso del Partido Popular, hecho público hace unos días, refleja o no, y en que medida, una de las hasta ahora reconocidas influencias ideológicas de dicho Partido, la del humanismo cristiano, sugiere a su vez no pocas e inquietantes cuestiones: 1. ¿Dónde ha quedado la referencia explícita al humanismo cristiano como uno de sus principios inspiradores? La ponencia sólo menciona una corriente ideológica, la liberal: “Somos un Partido Liberal que asume la tradición del liberalismo español”, dice. Cabe preguntarse: ¿también asume de esta tradición su anticlericalismo visceral? 2. Aunque utiliza planteamientos y expresiones típicas –y muy comúnmente asumidas- del humanismo cristiano al hablar de políticas sociales, como el principio de solidaridad, no se posiciona ante proyectos de sus adversarios políticos como son la de la mayor despenalización del negocio del crimen del aborto o la promoción social de la eutanasia. 3. Incluso, como muestra significativa de su sensibilidad, al hablar de las causas del compromiso crítico de los jóvenes, solo reconoce entre estos “la lucha contra la pobreza y el cambio climático”. ¿No valora en absoluto el Partido Popular el compromiso de cientos de miles de jóvenes españoles en defensa de la vida y de la familia? ¿No quiere ni siquiera hacer un guiño a los jóvenes católicos, a la cabeza del asociacionismo y el compromiso de los jóvenes españoles? 4. Respecto a la educación para la ciudadanía, la ponencia sólo dice que “la formación en valores democráticos y ciudadanos tiene que ser transversal a todas las materias y no requiere de una asignatura específica”. Pero no dice nada de su imposición, de sus contenidos, y del adoctrinamiento ideológico que persigue dicha asignatura. 5. Por último, defiende la ponencia la ausencia de discriminaciones, entre otras cosas, por razones de credo. Pero, ¿no tiene nada que decir ante las amenazas del gobierno y de otros grupos de extrema izquierda a la libertad religiosa? Esta escasa presencia, o podría decirse clamorosa ausencia, de los principios del humanismo cristiano en dicha ponencia, podría llevar no sólo a los católicos españoles, sino a todos los demás defensores de todas y cada una de las libertades amenazadas en la actual situación política, a una mayor insistencia en su compromiso social y político, a través de todos los cauces que la sociedad civil y política les alcance, en este nuevo escenario, tanto ante el gobierno como ante la oposición.