El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha escrito estos días acerca de cómo deben vivir los cristianos las vacaciones, que no deben ser una temporada de “no hacer nada” (eso, escribe, sería “demoledor para la persona”) sino una ocasión de "cambiar de ocupación y atender a nuestras necesidades vitales sin estirar tanto nuestro ánimo que tuviéramos que descansar de nuestro descanso”.
Animó a usar ese tiempo "para el encuentro, para renovar lazos con nuestros familiares y amigos, para disfrutar de la convivencia con las personas a las que amamos, para echar una mano en casa al tener más tiempo libre”.
También anima a dedicar “más tiempo” a la oración en verano. Es una ocasión para el "trato con Dios con ánimo sereno y con tiempo abundante y sin prisas”.
“Lo mismo que se puede ir a la playa, aunque sean pocos días, o a la montaña en una escapada montañera, o a la visita turística de algunos lugares, podemos buscar lugares y tiempos para un retiro espiritual, para unos Ejercicios espirituales, que renueven nuestro espíritu y nuestra vida”, aseguró.
Para los niños y jóvenes que asisten a campamentos y convivencias, el Obispo anima a que sean “nuevas experiencias de amistad, de contacto con la naturaleza, de crecimiento en definitiva”.
En Córdoba recomienda la oferta de la escuela diocesana de ocio y tiempo libre Gaudium, que realiza muchas actividades con niños y jóvenes, una ocasión de "aprendizaje en el servicio, en las destrezas, en la convivencia, en la creatividad y ayude también a descubrir la amistad con Jesús y con su madre María”.