Le acompañaban su marido (un sudanés que tiene ciudadanía norteamericana)y sus dos hijos, incluyendo la bebé Maya, que nació hace dos meses en la celda, en duras condiciones (las cadenas impedían abrir bien las piernas durante el parto).
En el aeropuerto de Ciampino, cerca de Roma, les ha recibido el primer ministro italiano, Matteo Renzi, su esposa Agnese y la ministra de Exteriores, Federica Mogherini. El ”número dos” de Exteriores, Lapo Pistelli, ha insinuado la posibilidad de que se reúna con el Papa Francisco.
Meriam y sus dos hijos, ayudada al llegar a Italia
Meriam siempre se ha declarado cristiana ortodoxa desde la infancia.
El gobierno y la sociedad italiana se han volcado en la situación de Meriam: el diario Avvenire, propiedad de la Conferencia Episcopal Italiana, hizo campaña por ella, apoyando a la asociación “Italianos por Darfur”, y cuando Renzi dio su discurso de apertura de semestre en la Unión Europea mencionó el caso… una actitud muy distinta a la de otros mandatarios europeos (y españoles) que no han colaborado en dar notoriedad al caso.
"Yo soy cristiana y no he cometido apostasía": dijo Meriam al tribunal que la acusaba de haber abandonado el Islam. Fueron las palabras que la llevaron a la cárcel.
El marido de Meriam, que usa silla de ruedas,
llegó con sus esposa e hijos, pero bajó por otro sistema
El 23 de junio, tras la presión internacional continuada, el tribunal sudanés decidió la liberación de la mujer. Fue retenida al día siguiente cuando intentó volar con su familia hacia EEUU. Se refugió en la embajada de Estados Unidos en Jartum durante semanas.
Su objetivo es llegar a Nueva York, pero antes pasarán unos días en Italia. Parece que su pesadilla queda atrás.
[ACTUALIZACIÓN: Pocas horas después el Papa Francisco recibió a Meriam, la bendijo a ella y a su familia y le dio gracias por su testimonio cristiano. Lo contamos aquí].