(Forum Libertad/ReL) Según un estudio realizado en 9 ciudades de Europa, publicado por la revista BMC Public Health, una gran parte de los adolescentes y jóvenes en Europa beben alcohol para aumentar sus posibilidades de mantener relaciones sexuales. Al mismo tiempo, consumen diferentes tipos de drogas creyendo que el sexo será más placentero. La investigación revela que un tercio de los hombres y una cuarta parte de las mujeres encuestadas, todos con edades entre los 16 y los 35 años, toman bebidas alcohólicas como medio para desinhibirse y facilitar el contacto con el sexo opuesto. Al mismo tiempo, recurren al consumo de estupefacientes como la cocaína, el éxtasis o el cannabis para aumentar la excitación sexual, prolongar la relación o elevar las sensaciones. Empiezan a los 14 Para llevar a cabo el estudio, investigadores en salud pública y ciencias sociales europeos, entre ellos varios españoles, entrevistaron a más de 1.300 personas de Viena, Brno (República Checa), Berlín, Atenas, Venecia, Lisboa, Liubliana, Palma de Mallorca y Liverpool. Prácticamente todos ellos habían bebido alcohol, un consumo en el que se habían iniciado con 14 ó 15 años. Tres cuartas partes de los encuestados habían probado o consumido cannabis, mientras que alrededor de un 30 por ciento respondían afirmativamente si les preguntaban si habían probado o consumido éxtasis o cocaína. El estudio concluye cómo, para muchos jóvenes, el uso de drogas se ha convertido en “una parte integral” de su aproximación estratégica al sexo. “El actual modelo de diversión nocturna se extiende. El consumo y abuso de alcohol y drogas está muy vinculado a ese modelo de diversión, así como el buscar oportunidades sexuales”, manifestó a la agencia Efe Montse Juan, una de las investigadoras. “Se extiende un modelo de sexualidad rápida, ‘instantánea’, del momento; y todo ello dentro de una lógica de diversión que la da el contexto recreativo nocturno”, añadió. “Conductas de riesgo” El problema, destacó la investigadora, “son los riesgos para la salud que adolescentes y jóvenes asumen con esas prácticas”. Así, a pesar de los supuestos beneficios sexuales del consumo de alcohol o drogas, el uso de esas sustancias se ha demostrado estrechamente relacionado con un incremento en conductas de riesgo. Al analizar la conducta sexual mantenida por los encuestados en los últimos doce meses, el estudio halló que aquellos que confesaron haber estado borrachos en algún momento de las últimas cuatro semanas eran más propensos a haber tenido cinco o más parejas o relaciones sexuales sin preservativo. Según los investigadores, lo mismo ocurre cuando los participantes en el estudio han consumido drogas: por ejemplo, un 82,4 por ciento de los que consumen cocaína regularmente había tenido relaciones sexuales sin preservativos. “Millones de jóvenes europeos toman ahora drogas y beben de forma que altera sus decisiones sexuales e incrementa sus posibilidades de relaciones sexuales inseguras o que luego lamentan”, dijo, por su parte, Mark Bellis, de la Universidad John Moores de Liverpool, en un comunicado. El estudio pone de manifiesto cómo los jóvenes son significativamente más proclives a tener sexo con menos de 16 años si han consumido alcohol, cannabis, cocaína o éxtasis antes de esa edad. En el caso de las chicas, en particular, esa proporción podía ser hasta cuatro veces mayor. Según Montse Juan, cada vez más mujeres “están asumiendo ese modelo de diversión en el que hay consumos (bebida abusiva y drogas) y sexo ‘rápido’ como propio. Muchas mujeres creen que eso es libertad e igualdad”. Ante esta realidad, los investigadores consideran que debería haber un replanteamiento sobre la educación sexual que se transmite a los jóvenes, en especial a las mujeres. “Se debería valorar hasta qué punto ser consumidora de drogas o practicar mucho sexo es síntoma de libertad e igualdad o se trata de nuevas formas de subordinación enmascaradas. Además de asumir riesgos graves”, indicó Montse Juan. Para analizar esta situación, expertos de todo el mundo participarán el próximo mes de junio en la quinta conferencia internacional sobre vida nocturna, consumo de drogas y cuestiones de salud relacionadas, que se celebrará en la isla de Ibiza.