(O. Herrero,Diario Palentino) A dos meses de su ordenación como obispo, Gerardo Melgar está afrontando todos los trámites previos. Se anunció públicamente el 1 de mayo, varios días después de que el Nuncio se lo comunicara. ¿Cuándo se enteró de su designación como obispo? A mediados del mes de abril. Recibí una llamada del Nuncio. Conocía su voz, porque he tenido buena relación con él y en una reunión que se celebró en Palencia estuve constantemente con él. Así que cuando oí su voz y me dijo que si estaba solo pensé, algo viene. ¿Que sintió? ¿Se lo esperaba? En un primer momento, no lo voy a negar, algo de congoja interna. Algo en el estómago. No sé. Pero es algo que se me pasó enseguida. Pensé, si Él me ha llamado, Él me ayudará. Pensé en lo que le dijo Cristo a San Pablo: «Te basta mi gracia». Ahora he de reconocer que algo de incertidumbre también siento. Es un cambio de vida, de casa, de responsabilidades. Por otro lado, esperar, no me lo esperaba, aunque tampoco me sorprendió demasiado porque ya se había hablado de mí y se había publicado en varios periódicos como un posible obispo para Segovia. Bien lo tuvo que hacer cuando actuó como administrador apostólico en ausencia de un obispo en Palencia. ¿Es posible que José Ignacio Munilla haya tenido algo que ver en su nombramiento? No, no creo que haya sido cosa suya, porque el Vaticano a la hora de nombrar un obispo no sólo toma en consideración la opinión de una persona, sino que pulsa muchas otras. Si te contara la de informes que he tenido que enviar yo sobre los anteriores obispos de Palencia. Y cuando fui nombrado administrador apostólico, lo único que hice fue mantener la normalidad en la Diócesis a la espera de un obispo. ¿Qué conoce de la Diócesis que va a dirigir? Un poco lo que me han contado el administrador apostólico de allí. Que es algo más grande que la de Palencia, que tiene dos sedes -Osma y Soria-, que económicamente está saneada y que cuentan con muchas parroquias y pocos sacerdotes. Hay 530 parroquias, algunas muy pequeñas, y 97 curas en activo, de los que sólo 51 tienen menos de 65 años. ¿Y el futuro? Pues me han comentado que únicamente hay un seminarista. Es algo complicado. Los jóvenes no se comprometen ya con la Iglesia. Pero no es algo de la religión, es que lo notamos hasta en los matrimonios. La sociedad ya no quiere compromisos para toda la vida. Además, el prestigio que antes tenían los sacerdotes ya no existe. No me refiero a que tenían privilegios como algunos quieren ver, sino un prestigio por su labor. Mi prioridad es intentar que los jóvenes se comprometan con la Iglesia y que la gente vuelva a tener en estima el trabajo de los sacerdotes. Y quiero empezar por mí. Para que la sociedad sepa valorar lo que hace la Iglesia, la propia iglesia y yo como obispo debo valorar y felicitar a mis sacerdotes por el trabajo que realizan en la comunidad. Habla de prioridades, ¿tiene alguna más? Es pronto para decirlo. Cuando llegas a un sitio nuevo, al principio tienes que oír, ver y aprender. Luego, cuando se analice la situación, pondré en marcha las medidas que se consideren oportunas para la Diócesis. (Suena el teléfono). Me llaman constantemente y tengo un montón de e-mails de felicitación. Habla de e-mails. ¿Se maneja usted con las nuevas tecnologías? Bueno, soy autodidacta. He aprendido a hacer lo que necesito para manejarme. ¿Sería muy complicado informatizar una Diócesis? Es complicado hasta cierto punto pero se van dando pasos. Lo ideal sería que todas las parroquias estuvieran conectadas a través de un servidor de la Diócesis, para enviar documentos, cuentas, actas de matrimonios, bautizos... Por norma general, las parroquias tienen un ordenador, pero aún no están conectadas entre sí. Quizá en un futuro. ¿Le gustaría haber sido nombrado obispo de Palencia? Lo de llegar a ser obispo no me lo he planteado nunca. Es verdad que llevo 35 años ejerciendo el sacerdocio en esta provincia, que soy de Cervatos de la Cueza, pero creo que nadie es profeta en su tierra. Y el Vaticano es de la misma opinión, porque muy pocas veces eligen a un obispo natural de la misma diócesis. Así partes de cero, de la otra forma puede que te tengan algo marcado. Además, creo que José Ignacio Munilla es un gran obispo en Palencia. Me enorgullezco de haber conocido y haber podido trabajar con una persona de la entereza del actual obispo de Palencia. Y ahora, antes de su ordenación como obispo. Bueno, lo que se suele decir, un no parar. Tengo que ir a Roma (ya está allí), visitar la Diócesis, recibir a las autoridades públicas sorianas e iré unas semanas antes a hacer un retiro espiritual. LOS PASOS PREVIOS Actualmente, Gerardo Melgar se encuentra en Roma, donde en unos días acudirá a una audiencia ante el Papa. Antes, deberá haberse hecho los capisayos. «Son todas las vestimentas de obispo, así como el báculo y el anillo». También confeccionará su sello episcopal, con un lema (Te basta mi Gracia) y un escudo con cuatro cuarterones. En el superior izquierdo se representarán dos ciervos «como símbolo de Cervatos, de mi pueblo»; en el superior derecho, una paloma en alegoría al Espíritu Santo; en el inferior izquierdo, una Inmaculada «a la que mi madre le tenía una gran devoción, como yo y mi hermana», y en el inferior derecho una encina. «Es un símbolo de una leyenda sobre un obispo de mi pueblo». En cuanto a las tradiciones que tendrá que cumplir antes de ser ordenado hay una que viene marcada por la propia Diócesis de Osma-Soria. «Tendré que salir del Monasterio de La Vid, en Burgos y tras pasar el límite de la Diócesis, hacer una bendición en el primer pueblo de Soria. Es lógico, entras como nuevo obispo desde otra Diócesis». En cuanto a la fecha de su ordenación, será el 6 de julio a las 18 horas, aunque en principio pensó en otra fecha. «La del 29 de junio, San Pedro, por todo lo que significa, pero me dijeron que en Soria son fiestas. Así que lo trasladamos. En Palencia ocurrió lo mismo con José Ignacio Munilla, que preguntó si podría ser ordenado el 3 de septiembre. Le dijimos que en esa fecha Palencia estaba en los toros, así que al final fue el 10 de septiembre.