(R.B./ReL) La Conferencia Episcopal de Nicaragua entregará a Benedicto XVI un informe sobre «el peligroso ambiente de violencia», del que forman parte las amenazas de muerte a tres obispos. El vicepresidente de la Conferencia, monseñor Juan Abelardo Mata Guevara SDB, obispo de Estelí, explicó al diario «La Prensa» que el informe será enviado al Papa a través del nuncio apostólico en Nicaragua, monseñor Henryk Józef Nowacki. «Un obispo está al servicio directo del Santo Padre y es nuestro deber también informar a los superiores. Nuestros superiores son justamente el Santo Padre junto con la gente que lo asesora y lo apoya en su oficio de gobierno», señaló el obispo. Monseñor Mata fue amenazado de muerte la semana pasada a través de un correo electrónico que llegó a la Radio Católica de Nicaragua, junto a otros dos prelados, el obispo de Granada, monseñor Bernardo Hombach, y el obispo de Chontales, monseñor René Sándigo, según la agencia AICA. Las amenazas se llevaron a cabo después de que el arzobispado de Managua condenara las agresiones que sufrieron el 9 de agosto miembros de la Coordinadora Civil en la catedral metropolitana durante un acto cultural por parte de supuestos simpatizantes del gobernante Frente Sandinista. El procurador general de Derechos Humanos, Omar Cabezas, en un programa transmitido por el Canal 4 de la televisión local, cercano al Gobierno, acusó a los obispos Mata y Hombach, de ser agentes de la CIA, la Agencia Central de Información de los Estados Unidos. Pese a las amenazas los obispos seguimos trabajando El presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, monseñor Leopoldo Brenes, declarado que los obispos seguirán denunciando los problemas del país como parte de su misión pastoral, pese a las amenazas de muerte que recibieron los tres obispos. La amenaza «no nos preocupa, nosotros seguimos trabajando, estamos muy comprometidos con el año sacerdotal», aseguró monseñor Brenes, arzobispo de Managua. En un comunicado leído por el obispo auxiliar y vicario general, monseñor Silvio José Báez, la curia arzobispal expresó que «alarma que éste no sea un hecho aislado, sino expresión de una política de intolerancia y de total irrespeto a la libertad de expresión y de movilización al que todo ciudadano tiene derecho». «Como creyentes consideramos tales acciones como una agresión a la sacralidad de la persona humana creada a imagen de Dios y templo del Espíritu Santo y una profanación al espacio sagrado de nuestra iglesia catedral», afirmó el prelado en el comunicado, firmado también por el vicario episcopal, el canciller y el portavoz de la archidiócesis. El documento señala que en Nicaragua «nos urge la paz, que para los cristianos significa ausencia de todo tipo de violencia y compromiso por el bienestar del otro, independientemente de su ideología, filiación política o condición social». «Esta paz se construye con la autenticidad y la coherencia entre el discurso y los hechos concretos, desterrando el cinismo de los eslóganes que manipulan los valores religiosos y polarizan y confrontan a la familia nicaragüense». El mensaje exhorta al pueblo «a practicar la tolerancia y la paz; el uso de la razón para exponer y defender las propias ideas y a no sucumbir ante la tentación de la violencia, pues como dijo Jesús: los que empuñen la espada, a espada morirán».