(R.B./ReL) Harry Wu, que ha pasado más de 15 años internado en los gulags chinos («laogai») y que ha publicado recientemente en España su biografía Vientos amargos, ha denunciado que el régimen instaurado en su país desde hace cerca de sesenta años no consiente la libertad de religión. Lo ha hecho al inugurar la primera jornada de «Meeting por la amistad entre los pueblos» que se celebra en Rímini. «No hay libertad de culto -ha asegurado Wu-. El catolicismo sigue siendo ilegal. Todas las iglesias y los templos son propiedad del Gobierno. Hay una religión de Estado que es el comunismo. Yo era católico, ese ha sido el motivo por el que he sido perseguido». Wu ha recordado, además, que todas las mujeres en China estás sometidas al control de la natalidad. El disidente chino ha contado cómo se vive y se muere en los «laogai» y ha recordado que el régimen comunista ha provocado 50 millones de muertos, más que el holocausto y el régimen estalinista. «En 1950 los expertos de Stalin fueron a China a desarrollar los campos de concentración, este sistema ha continuado hasta hoy». «Occidente -ha asegurado Wu- cuando come en sus platos llenos debe recordar que los chinos no pueden ir a la Iglesia, que no son libres para acceder a Internet o para criticar al Gobierno. No tiene sentido hablar de las elecciones en China, como hacen algunos. En China no se vota, sólo se habla de economía, de dinero». El Meeting, convocado por el movimiento eclesial Comunión y Liberación, que ha llegado a su trigésima edición, congrega con numerosos actos a más de 700 mil personas del 23 al 29 de agosto.