(N. de C./ReL) La Iglesia católica, a través del Cabildo de la catedral de Córdoba, entidad de referencia de Cajasur, ha salvado sus principales exigencias de cara a la fusión con Unicaja, aunque perderá autonomía. Así, el acuerdo al que llegaron esta semana las dos entidades andaluzas, prevé la creación de una fundación que será dotada de unos fondos de entre 6 y 8 millones de euros durante los tres primeros años de vida de la futura Unicajasur y que a partir del cuarto, sumará un 10% de los recursos para Obra Social. En esta Fundación, quedarán protegidos elementos estratégicos para la propia Iglesia como es el paquete accionarial de la Caja cordobesa en el Grupo COPE y los convenios que la entidad tiene suscritos con la mayoría de diócesis españolas y que sustentan buena parte del clero. La caja también salva la gestión de algunos inmuebles de importancia, como la cosede operativa situada en Córdoba, así como el compromiso de que no se darán expedientes de regulación de empleo y ni despidos que no se realicen a través de prejubilaciones y bajas incentivadas. Sin embargo, con la creación de Unicajasur, el Cabildo pierde autonomía para gestionar esos recursos. Doble rasero de la Junta Cajasur se ha visto de alguna forma obligada a acceder a la fusión con Unicaja. Desde instancias políticas se le ha tratado de hacer ver que, en este momento, podría, como así ha sido, salvar parte de sus intereses estratégicos y que, de otro modo, en unos meses, la fusión hubiera sido mucho más dolorosa para Cajasur. Tan es así, que la primera intención de la entidad cordobesa fue unir fuerzas con Caja Murcia, a lo que la Junta de Andalucía se opuso por motivos políticos, ya que la Región está gobernada por el PP. Sin embargo, la semana pasada, el presidente andaluz, José Antonio Griñan, no supo dar respuesta al ser preguntado por si prefería que Cajasol se uniera al deseado proyecto de la «macrocaja» andaluza o que creciera en Extremadura. Cambio en el Banco de España Otro de los elementos extraños del recorrido de Cajasur hasta la fusión, ha sido el papel desempeñado por el Banco de España que, en un primer momento, bendijo el plan de saneamiento de la Caja, en el que se incluia el recorte de costes, la supresión paulatina de la mora y la mejora de solvencia de la entidad. Visto bueno que finalmente ha sido sustituido por un apoyo a la fusión. La Iglesia «salva los muebles», no tanto por devoción como por obligación, aunque perderá, como es evidente en una fusión, la autonomía con la que gestionaba hasta ahora su patrimonio y su obra social.