(R.B./ReL) Rouco Varela, que ha acudido a Ávila para clausurar un curso de verano titulado «Quaerere Deum: a las fuentes de la cultura» organizado por la Universidad Católica de Ávila, la Factultad de Teología San Dámaso y la Universidad CEU San Pablo en el Monasterio de Santo Tomás, ha trasladado a los medios de comunicación su «opinión personal» sobre la normativa, más allá de su condición de cardenal, obispo o sacerdote, «sino como jurista». El cardenal ha recordado los dos informes que había en el seno del Consejo General del Poder Judicial, «uno que afirma en términos generales que podría ser constitucional, que no obtuvo la mayoría suficiente, y otro que afirma la inconstitucionalidad de la ley, que no ha sido aceptado por el Consejo», informa Efe. Por otra parte, Antonio María Rouco Varela ha hecho referencia a su conferencia de clausura del curso celebrado en Ávila sobre la laicidad positiva y la vida pública, para señalar que en el fondo de esta cuestión, «dentro de la tradición democrática», está «el derecho a la libertad religiosa, que puede ser ejercido de manera individual, pero también dentro de la vida pública». «El problema del matrimonio, la familia, la justicia o la solidaridad son campos que pertenecen al ejercicio de ese derecho a la libertad religiosa», ha afirmado el cardenal arzobispo de Madrid, quien ha aclarado que esa idea forma parte de la tradición de «los estados democráticos de la Europa libre y de la Europa que salió de esa noche oscura de tanto años de comunismo soviético». A su juicio existe «una gran cuestión» que pasa por preguntarse «si una buena concepción del orden político y de los fundamentos de los Derechos Humanos no tiene que buscar como fundamento último a Dios». «Ese problema está muy vivo porque hay tradiciones religiosas que han conformado la vida de muchas sociedades, por ejemplo el Islám, para las cuales esa concepción del derecho a la libertad religiosa no está tan clara como para nosotros», ha afirmado Rouco Varela. Igualmente ha apuntado que en estos días «se tocan temas muy sensibles a la fe y a la vida religiosa, como los conceptos de matrimonio o familia y el derecho a la vida, sobre los que el Estado tiene que ser respetuoso, pues no puede actuar como si fuera el dueño de la sociedad». El cardenal ha estado acompañado por el obispo de esta provincia, Jesús García Burillo, durante la clausura de este curso al que han asistido más de 50 religiosos.