(Nicolás de Cárdenas/ReL) «Cuando os dije que formar parte de la parroquia de Sta. Genoveva era una aventura nunca imaginé que llegaría a estos extremos». Así se expresa en el blog de la página web de la parroquia de Santa Genoveva torres de Majadahonda, su titular, el padre David Benitez. En la mañana de ayer, al acabar la misa de once y media de lamañana, un fuerte olor a gasolina, llegó a «obsesionar» al párroco, como él mismo confiesa en el blog paroquial y, con ayuda de algunos feligreses, consiguió encontrar unas botellas de gasolina dispuestas para prenderse en el techo del templo. Tras el desalojo de la parroquia y celebrar el resto de misas al aire libre. El padre Benitez, se ha dirigido a los feligreses para animarles «a seguir formando parte de la misma sin ningún tipo de miedo. Que nadie se sienta intimidado, porque el triunfo debe ser de Cristo y no de los violentos. Nunca en Majadahonda había sucedido esto, algo estaremos haciendo bien cuando algunos no saben expresar su malestar más que intimidando». «Una aventura más que contar, ´-cpntinúa el presbíero- porque gracias a Dios y a santa Genoveva no ha pasado nada, no podía pasar y no va a pasar con esa protección. Aunque el mal no descansa nosotros seguimos adelante fieles a Jesucristo, rezando también por los que nos persiguen». El portavoz del Observatorio para la Libertad Religiosa y de Conciencia, Pablo Rodríguez-Gimeno, ha calificado los hechos de «salvajada» y ha reclamado a los poderes públicos que «le otorguen la importancia que tienen», al tiempo que solicitaba de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado la máxima atención. «Por fortuna -asegura Rodríguez-Gimeno- no ha pasado de un susto grandísimo, pero estos asuntos hay que tomarlos muy en serio, para que no vayan a mayores». Por su parte , el Observatorio Antidifamación Religiosa (OAR) ha remitido un comunicado en el que denuncia y reprueba «este hecho deleznable y odioso, por suponer un ataque consumado a un templo católico y por la intentona de asesinar a familias que cometían el error de asistir pacíficamente a su culto dominical». Del mismo modo, el OAR ha recordado que ya había denunciado «ese proceso social por el que se empieza ridiculizando una fe, luego a sus miembros y después se pasa al ataque verbal y luego físico. Parece que ya hemos llegado, lamentablemente, a esa fase».