(Pablo Ginés y M. Velasco/La Razón) Han llegado desde todos los puntos de España. Bajo el lema «La victoria es de nuestro Dios», más de 3.000 católicos carismáticos –muchos de ellos jóvenes– se han reunido este fin de semana en el Auditorium del Parque de Atracciones de la Casa de Campo de Madrid con motivo de la celebración de su XXXI Asamblea Nacional. La Renovación es el movimiento más extendido en la Iglesia católica: se calcula que hay entre 30 y 60 millones de católicos carismáticos, sobre todo en América Latina, África e India. Sus asambleas anuales están llenas de música, oración, mucha Biblia y mucha alabanza, y la de Madrid es un buen ejemplo: rezan con todo el cuerpo, alzan las manos hacia la custodia en las adoraciones, lloran, se emocionan, ríen, se abrazan y cantan muy fuerte. No en vano acaban de sacar un nuevo disco de canciones que gustan a jóvenes y mayores por igual. Todos se las saben y las entonan con el mismo entusiasmo, dando palmas y moviéndose al ritmo. Es su manera habitual de alabar a Dios, sin fórmulas encorsetadas, aunque también saben guardar un profundo silencio cuando es necesario. «La alabanza proclama la fe con vigor, abre espacios a Dios, a la Gracia, que es amor gratuito, reconoce con gozo que Cristo ha vencido», explica Fray Nelson Medina, el predicador dominico de la asamblea de este año. Sin miedo ni vergüenza En un lateral del auditorio tres mujeres hacen oración de intercesión por un joven, imponiéndole las manos. Piden para él la luz del Espíritu. Más allá son dos jóvenes los que rezan en voz alta por un hombre mayor, con las manos sobre sus hombros. «Es necesario vivir la fe sin complejos, y aquí, en España, hay muchos complejos», asegura Fray Nelson. «Hay miedo a ser excluido, a ser señalado como cristiano, a que se rían de mí y de la Iglesia. Los cristianos deben conocer su fe, apreciarla y, si tienen miedo o complejos, pedir a Dios que los libere de ellos», sostiene. Las jornadas transcurren entre las oraciones de alabanza, la eucaristía y las enseñanzas de Fray Nelson: «Pido todo el amor para esos que no saben que son esbirros del demonio, que matan niños, destruyen familias y acaban con la esperanza. No hay que odiar a estos carceleros: son unos pobrecillos, unos engranajes, una víctima más. Tengámosles amor: ni amargura, ni vergüenza ni odio», exhorta, y la comunidad irrumpe en aplausos. «El diablo usa las medias verdades» Es el predicador de la XXXI Asamblea Carismática. Licenciado en Filosofía y Ciencias Religiosas, está acabando el doctorado en Teología en Irlanda. Acaba de ser nombrado prior en Colombia y, además, es un veterano de la evangelización por Internet. Asegura que el demonio a veces dice verdades: «Usa medias verdades, nunca la verdad completa. Siempre juega a la incoherencia. Vemos muchas maldades en el mundo, y en última instancia el demonio está detrás de ellas, pero no inmediatamente detrás de cada una. Lo políticamente correcto, por ejemplo, es una técnica para someter todo a un discurso único que excluye el Evangelio, partes que suenan mal, porque destruyen imperios políticos o económicos que oprimen al hombre», afirma.