(ReL/Agencias) El nuncio apostólico, Manuel Monteiro de Castro (Santa Eufemia, Portugal, 29 de marzo de 1938), ha anunciado hoy que abandona la representación de la Santa Sede en España tras ser nombrado secretario de la Congregación de Obispos en el Vaticano. Monteiro de Castro lo ha informado así a la prensa minutos antes de participar en el curso de verano «Los restos sociales de la integración de los inmigrantes», organizado por la Universidad Rey Juan Carlos. Hacía meses que los rumores le colocaban al arzobispo Manuel Monteiro de Castro fuera de España, en otra nunciatura. Lo que no se esperaba era su tralado a la Secretaría de la Pontificia Congregación para los Obispos, para sustituir al arzobispo italiano Francesco Monterisi. Éste ha sido nombrado hoy por el Papa arcipreste de la Basílica de san Pablo Extramuros, en sustitución del cardenal Andrea Cordero Lanza di Montezemolo. Un gran enlace entre España y el Vaticano El máximo representante de la Santa Sede deja la Nunciatura en España tras nueve años y después de trabajar en el cuerpo diplomático de la Santa Sede desde 1967. Hoy ha participado en los cursos de verano que organiza la Fundación Universidad Rey Juan Carlos. Allí se ha declarado «muy honrado por la invitación del Papa a ocupar este cargo». Deja el puesto con el convencimiento de que ha hecho «lo mejor por España». Su «responsabilidad», ha añadido, era «mantener buenas relaciones entre la Santa Sede y el gobierno español, sea el que sea».Ha añadido, también, que siempre ha intentado que hubiese un buen diálogo «basado en comunicar valores, que es lo que creemos mejor para el individuo». En cuanto al debate sobre la nueva Ley del Aborto, el Nuncio insistió en señalar que «un ser humano tiene derechos en sí mismo, incluso en el cuerpo de la madre» y destacó que España hoy necesita nacimientos «ya que el índice de natalidad es muy bajo, cada mujer debería tener 2,1 hijos”.» En cuanto a los casos de pederastia, Manuel Monteiro explicó que resulta muy fácil criticar a la Iglesia por las acciones de unas personas concretas «pero creo que no hay que juzgar del mismo modo ni a todos los sacerdotes ni a todos los obispos». Antes de venir a España había ejercido como pro-nuncio en las Antillas anglófonas (Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Jamaica, Santa Lucía y Trinidad y Tobago).