(ReL) «O no nos lo creemos, o lo nos lo creemos, pero si nos lo creemos, tenemos que actuar en consecuencia», ésta ha sido la insistente apelación que el director del Semanario Alfa y Omega, Miguel Ángel Velasco, ha dirigido a la primera promoción del Master de Información Social y Religiosa de la Universidad CEU San Pablo y, por extensión, a todo los periodistas de credo católico. Durante su intervención en la clausura del Master, Velasco ha prevenido a los recién titulados de las «artimañas» de los «medios disfrazados de independientes» que, «con la voz engolada de los cínicos», les cuestionarán acerca de qué es la verdad. La respuesta, a juicio de Velasco, debe ser diáfana para el cristiano: «Que el Señor dijo yo soy la Verdad». No dejarse llevar por la corriente Esto último es una convicción que el católico debe proclamar y defender a pesar de que ello suponga ir «a contracorriente». Según ha expresado Velasco, para el periodista católico, el compromiso con la verdad del Evangelio debe ser lo que verdaderamente impere y proclame, por encima de consideraciones sobre la mayor o menor aceptación social de estos postulados. «Sería disparatado intentar sustituir la verdad por el consenso», ha dicho al respecto, para después agregar que «la verdad muchas veces está en minoría». En esta línea, el periodista ha subrayado que «el hecho de que millones de personas compartan los mismos vicios, errores o patologías mentales, no los convierte en virtud o en verdad». Al hilo de esta afirmación Velasco ha aludido a la manipulación de los conceptos, como, por ejemplo, «llamar al aborto, interrupción del embarazo». También ha hecho referencia a la desvirtuación de la esencia del matrimonio cuando se le confiere esta categoría a las uniones entre personas del mismo sexo. «Para que haya matrimonio, tiene que haber hombre y mujer. Lo otro habrá que regularlo, pero matrimonio y familia no es. Será legal, pero no lícito», ha aseverado. Derecho a influir en la sociedad En este contexto de tergiversaciones, lo que no cabe es el silencio del católico o una fe entendida en un plano estrictamente privado, ya que ésta «tiene una dimensión pública y social irrenunciable». Y este imperativo de participación en la sociedad conforme a los propios principios debe ser defendido por el católico como un derecho frente a los que lo quieren presentar como una injerencia poco democrática, ha recalcado Velasco. «Cuando se nos dice que los católicos queremos influir en la sociedad, yo contesto: ¡claro que queremos influir! Tenemos todo el derecho a influir en la sociedad que nos rodea». Un Máster para periodistas católicos El Master en Información Social y Religiosa de la Universidad CEU San Pablo se configura con el objetivo de proporcionar los conocimientos y habilidades precisas adecuada transmisión y comprensión de los fenómenos sociales, morales y religiosos. Su programa abarca el amplio campo conceptual que atañe a la información social y religiosa, y se desarrolla entre los meses de octubre y junio del año subsiguiente. Se puede obtener información sobre su contenido o plazos de inscripción través del correo electrónico informacionreligiosa@ceu.es.