(Compañía Jesús España) El Papa Benedicto XVI ha escrito una carta a Mons. Claudio Giuliodori, obispo de Macerata, Italia (ciudad natal de Ricci), con motivo del 400 aniversario del fallecimiento de este jesuita. Considerado uno de los grandes evangelizadores del cristianismo en China, en medio de sospechas y acusaciones, abrió el camino a la inculturación del mensaje cristiano. A su vez, Matteo Ricci tuvo una gran trascendencia cultural por el diálogo que abrió entre Oriente y Occidente. Entre otras cosas, introdujo en China la teología, la filosofía, las artes y la ciencia de Europa al mismo tiempo que adoptaba las costumbres y el modo de pensar de China y daba a conocer a Europa la realidad desconocida de esta nación. En su carta, el Papa Benedicto XVI, escribe que Matteo Ricci, «dotado de profunda fe y de extraordinario ingenio cultural y científico, dedicó muchos años de su vida a tejer un provechoso diálogo entre Occidente y Oriente, realizando al mismo tiempo una acción eficaz de arraigo del Evangelio en la cultura del gran pueblo de China. Su ejemplo sigue siendo también hoy un modelo de encuentro beneficioso entre la civilización europea y la china (…) Considerando su intensa actividad científica y espiritual, no se puede menos de quedar favorablemente impresionados por la innovadora y peculiar capacidad que tuvo de acercarse, con pleno respeto, a las tradiciones culturales y espirituales chinas en su conjunto, (…) modelo de diálogo y de respeto por las creencias de los demás, hizo de la amistad el estilo de su apostolado durante los veintiocho años que permaneció en China». Y añade que, «a pesar de las dificultades y las incomprensiones que afrontó, el padre Ricci quiso mantenerse fiel hasta la muerte a ese estilo de evangelización, aplicando -se podría decir- una metodología científica y una estrategia pastoral basadas, por una parte, en el respeto de las sanas costumbres del lugar, que los neófitos chinos no debían abandonar cuando abrazaban la fe cristiana; y, por otra, en la convicción de que la Revelación podía valorarlas y completarlas aún más. Y precisamente de acuerdo con estas convicciones (…) planteó su clarividente labor de inculturación del cristianismo en China, buscando un entendimiento constante con los doctos de ese país».