(ANSA/ReL) Los curas que hayan elegido vivir con una mujer, que hayan abandonado su ministerio por más de cinco años o que hayan resultado implicados en casos de comportamientos «seriamente escandalosos» podrán dejar la Iglesia «más rápidamente que antes». De este modo, la Iglesia católica demuestra que no tiene intenciones de tolerar más zonas grises en el sacerdocio, o sea religiosos que conviven, se casan, tienen hijos o dejan por cualquier otro motivo su ministerio sin pedir la «reducción al estado laico». Por esto, Benedicto XVI aprobó una modificación del derecho canónico que da más poder a los obispos, invitados a llamar al orden, y si es considerado necesario reducir unilateralmente al estado laico al que no lo hace por su propia voluntad. La comunicación a los obispos fue dada por el prefecto de la Congregación para el Clero, el cardenal Claudio Hummes, con una carta que contiene una serie de normas aprobadas por el Papa en enero, ante «muchas nuevas situaciones en las cuales la ley canónica no estaba en grado de dar adecuadas respuestas». Dejar los hábitos será mucho más fácil El Código de Derecho Canónico de 1983, en efecto, no prevé que un obispo pueda comenzar el proceso para reducir al estado laico un cura que abandonó su ministerio, dijo el cardenal. Según el Código de 1983, cuando un sacerdote decide abandonar su ministerio advierte a su superior y le pide formalmente al Vaticano que le dé la dispensa de su obligación al celibato y la reducción al estado laical, lo cual es concedido por el mismo Papa. «Si alguien no está interesado en regularizar su situación, es mejor para la Iglesia y es mejor para quien deja el hábito que obtenga la dispensa, así estará en una correcta situación, especialmente si tiene hijos», afirmó el cardenal brasileño.