(Agencias/ReL) El Partido Socialista pedirá en el próximo pleno al Ayuntamiento de Madrid que se cree un registro para que «bautizos civiles», como el de Leo, el hijo de Cayetana Guillén Cuervo y Omar Ayyashi que ayer se celebró en la Casa de la Panadería, sean algo más que un acto simbólico y queden oficializados. Así lo señaló ayer el concejal socialista Pedro Zerolo, encargado de la ceremonia, que ha sido la primera de este tipo celebrada en una gran ciudad, en este caso, en la capital de España. Zerolo ha leído los Derechos del Niño recogidos en la Convención Internacional de la Infancia y le ha declarado «ciudadano de Madrid», tras «reconocerle todos los derechos que le son inherentes». Leo se ha convertido en el cuarto ciudadano español que recibe la bienvenida laica a su comunidad por expreso deseo de sus padres, aunque, según ha asegurado Zerolo, «hay mucha demanda de este tipo de actos civiles». Sin embargo, las cifras desmienten al concejal. Sólo se han producido cinco casos en España en otros tantos años. El primero se produjo en Igualada en 2004 y el segundo, tres años después en Rivas-Vaciamadrid. Este año se dieron tres casos. Uno en San Andrés de Rabanedo (León), otro en Axarquía (málaga) y el que nos ocupa, ayer en Madrid. Por ello, lo que pide el concejal es que «tengamos un registro y un protocolo para que el acta que firmamos quede registrada -y sea más que simbólica, claro», ha añadido Cayetana Guillén-, ya que el de Leo «abre esa posibilidad y un debate que espero que fructifique», ha dicho Zerolo. Se trata de un acto cuyo fin es el de dar la «bienvenida democrática» al recién nacido, como lo definió Pedro Zerolo en declaraciones a EFE, bajo los principios de libertad, igualdad y respeto, siguiendo una tradición iniciada en la Revolución Francesa. Cayetana Guillén ha querido precisar que «se emplea la palabra bautizo de una manera simbólica, y sin tener nada que ver con el sacramento, sino igual que se bautiza un barco o un edificio; es una acepción, nada más». La actriz y periodista ha destacado que, hace solo unos días, otra pareja de El Borge, un municipio de la Axarquía, en Málaga, ha tomado la misma decisión que ella y su marido y que «esto significa que cuando la sociedad empieza a pedir cambios lo hace de una forma natural: son de nuestra misma generación, no los conocemos de nada, y hemos elegido una ceremonia muy parecida». «Hablas de igualdad, de comprensión, de tolerancia, de convivencia, de paz: de una serie de cosas que son muy necesarias para la convivencia, y en un acto así unes todo eso, y padres y padrinos se comprometen a que el niño viva rodeado de esas cosas», ha resumido Guillén Cuervo. Según ha explicado, Leo ha participado activamente en su «bautizo», sorprendiendo a su madre al escuchar «relajado y sereno», a su abuelo Fernando Guillén, que le ha leído el poema «No te salves», de Mario Benedetti, y a sus amigos Juan Carmona y su esposa, Matilde Amaya, que le han cantado una nana. La madre ha explicado que «desde que nació hemos querido darle la bienvenida a una vida laica y democrática que estuviera de acuerdo con nuestras convicciones y nuestras creencias: nos casamos por lo civil y queríamos ser consecuentes, por supuesto, aceptando todo tipo de opción igual que espero que se respete la nuestra». Un niño famoso, hijo, nieto, sobrino y ahijado de famosos -Amaia Montero y Carles Flavià (Tricicle) fueron sus «padrinos»- que aceptó sin pestañear el griterío organizado en los soportales de la Plaza Mayor por una treintena de chavales, alumnos de un colegio de Sabadell y de visita en la ciudad, que recibieron al invitado Boris Izaguirre con un aullido de alegría, a la espera del saludo de la cantante, teléfono móvil en mano. A la ceremonia acudieron un centenar de invitados, los amigos y la familia más próxima, ha explicado Cayetana Guillen, entre los que se contaban los abuelos, Fernando Guillén y Gemma Cuervo, y el tío, Fernando Guillén Cuervo, así como la diseñadora Amaya Arzuaga. Zerolo, que también casó a la pareja, ha definido esta ceremonia como «de rebeldía, porque hoy la rebeldía está en el compromiso con los valores y con los afectos», ha rematado antes de partir con el resto de la familia a celebrar el convite, no sin antes bailar durante el acto al son de la banda sonora de la famosa canción de la famosa serie infantil «David el Gnomo».