(Nicolás de Cárdenas/ReL) De las 45 Cajas de Ahorros existentes hoy en España, sólo tres pertenecen a la Iglesia católica: Caja Sur, Cajacírculo (Caja de Ahorros y Monte de Piedad del Círculo Católico de Obreros de Burgos) y Caja Inmaculada (Caja de Ahorros de la Inmaculada de Aragón). La Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Córdoba (Caja Sur), presidida por Santiago Gómez Sierra, fue fundada por el Cabildo de la catedral de Córdoba en septiembre de 1864. En la actualidad, su obra social y cultural abarca diversos proyectos desde centros de educación especial, guarderías infantiles, centros de formación para mujeres, clubes de jubilados, programas de empleo, rehabilitación de ludopatías, ayuda a madres gestantes en dificultad, recuperación de drogodependientes o atención a personas sordas hasta proyectos de investigación en el hospital Reina Sofía o el mantenimiento del palacio-museo de Viana. Según la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), en 2007, Caja Sur destinó 23,4 millones de euros para la Obra Social, del que un 36 por ciento fue dedicado a asistencia social y sanitaria, lo que la situa en el undécimo puesto de la liberación de fondos para este apartado. En lo que respecta a mantenimiento del patrimonio histórico-artístico y natural, también en el ejercicio de 2007, fue la sexta caja que más porcentaje de sus recursos dedicó a este fin: un 16 por ciento (3,7 millones de euros). Se prevé que el presupuesto destinado a Obra Social que se aprobará en la próxima asamblea de Caja Sur (a celebrarse el próximo 12 de junio) será de 20 millones de euros. Todas estas acciones y muchas otras se sustentan con una parte del beneficio obtenido por la Caja. En concreto, la legislación vigente estipula que estas entidades pueden destinar cada año al Fondo de Obra Social hasta un máximo del 50 por ciento de los excedentes líquidos del ejercicio, si bien no existe ninguna obligación de destinar cantidad alguna a dicho fondo, una vez descontado el pago de impuestos de Sociedades y la constitución de reservas para reforzar la capitalización y solvencia. Malos tiempos para la caja El futuro, sin embargo, no es el más halagüeño. Caja Sur se ha situado como la caja de ahorros con mayor tasa de morosidad en el primer trimestre del año (7,91 por ciento) y su ratio de cobertura apenas supera el 42 por ciento de sus créditos morosos (aunque no haya un nivel mínimo regulatorio, los expertos suelen considerar buena una cobertura superior al 50 por ciento). Dicho de otra manera: a mayor número de impagados, la cobertura se ha ido quedando corta y deben realizar una provisión mayor sobre aquellos que tienen una probabilidad relevante de no ser cobrados por el banco, lo que afecta a los resultados. Por su parte, la agencia internacional Fitch Ratings, que proporciona análisis para los mercados crediticios mundiales, ha rebajado al nivel BB+ la situación de la caja, lo que refleja «el impacto negativo de la brusca contración de la economía española y del sector inmobiliario en la calidad de los activos de CajaSur, su rentabilidad y la generación interna de capital». Por ello, advierte de que los ratios de capital de Caja Sur «se han deteriorado hasta niveles muy bajos». A esta circunstancia, propiciada por la crisis mundial, se suma el desplome de las acciones del grupo SOS que adquirió a finales de 2005 (un paquete del 4,85 por ciento) a un precio superior a 10 euros y que ahora cotiza a 3,65 euros, un 66 por ciento menos. En dinero neto, esto equivale a unos 50 millones de euros acumulados de pérdidas por este concepto, a lo que habrá que sumar unos 10 millones más que habrá de suscribir en la ampliación de capital de 200 millones planteada por el grupo alimentario. Así las cosas, Caja Sur ha puesto en marcha un plan global de saneamiento después de las advertencias realizadas por el Banco de España. Entre otras medidas, se baraja el despido de entre 700 y 900 trabajadores de una plantilla total de 3.100 y el cierre de entre 30 y 100 oficinas, con preferencia entre las radicadas fuera de la Comunidad Andaluza. Sin embargo, Caja Sur no cuenta con los recursos necesarios para acometer estas medidas en un plazo razonablemente corto, por lo que lo más viable es tomar el camino de las fusiones. Hacerlo con las otras dos cajas en manos de la Iglesia católica, le perjudicaría más que ayudarle a remontar el vuelo, por lo que las miradas se centran en otras opciones. La Junta quiere una «macro caja» andaluza Caja Sur está en todas las quinielas y rumores de fusiones. Así, esta semana se han reconocido contactos con Caja Murcia, aunque tanto la disparidad de comunidades autónomas de origen, como factores políticos harán muy difícil la unión de intereses de ambas entidades. Sabedor de estas circunstancias, el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñan, ha declarado que «antes de que lleguemos a una fusión por absorción, lo más racional es que se produzca una alianza estratégica entre todas las entidades andaluzas». El viejo sueño del socialismo andaluz, una fusión de las cinco cajas andaluzas (Unicaja, Cajasol, Caja Sur, Caja Granada y Caja Jaén), puede estar más cerca, aunque no será nada fácil. El objetivo es lograr una entidad que se sitúe entre las grandes ya que ahora la primera caja andaluza en el escalafón por activos es la malagueña Unicaja, situada en octavo lugar. Con la unión a cinco bandas, la Junta de Andalucía controlaría la cuarta entidad de este tipo, sólo por detrás de los gigantes Caja Madrid y La Caixa, y la valenciana Bancaja. Con esta posibilidad se abren algunos interrogantes: ¿Logrará evitar Caja Sur la longa mano del socialismo andaluz? ¿Cambiará el destino de la ingente Obra Social de Caja Sur si escapa del control del cabildo cordobés? ¿Quien ocupará el puesto del consejero de la entidad en el Grupo COPE? ¿Volverá Magdalena Álvarez (la ex ministrade Fomento y ex consejera de Economía de la Junta) a ser el tormento de Caja Sur? El tiempo dará y quitará razones.