(Zenit/ReL) En representación de quince mil religiosos presentes en más de 110 países, 152 hermanos menores se encuentran reunidos del 24 de mayo hasta el 20 de junio, en Asís, Italia, con motivo del 187 capítulo de la Orden fundada por san Francisco de Asís. «Verbum Domini nuntiantes in universo mundo» (Anunciadores de la Palabra del Señor en todo el mundo) es el lema elegido para esta asamblea que pondrá en el centro de los trabajos el tema del anuncio del Evangelio y de la misión franciscana. El domingo, 181 hermanos (152 delegados y 29 entre personas de secretaría, traductores, intérpretes y asistentes) provenientes de todas las partes del mundo, se reunieron en la plaza delante de la gran basílica de Santa María de los Ángeles. Luego entraron todos procesionalmente en la basílica para la celebración de la Misa, que tuvo lugar delante de Porciúncula, la pequeña iglesia restaurada por san Francisco y elegida por él como centro de todo su movimiento. Durante la homilía, el ministro general saliente, el padre José Rodríguez Carballo, subrayó la exigencia de anunciar el Evangelio con la fuerza de Pablo y la inmediatez de Francisco, también allí donde esta misión es causa de pruebas y sufrimiento. «Id, Hermanos Menores, sigue diciéndonos hoy el Espíritu del Señor, no como amos de la verdad, sino como siervos humildes, y lo que gratuitamente habéis recibido, dadlo gratuitamente», dijo. «Id -añadió- y anunciad a cuantos encontréis a lo largo de los caminos y en las plazas de las ciudades, su condición de hijos e hijas de un mismo Padre, hermanos vuestros. Id y evangelizad en colaboración con los laicos, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos». «Id y en todo lugar y en cualquier actividad, dad testimonio de los valores evangélicos, permaneciendo al lado de las personas que no conocen todavía a Jesús», añadió. «Ciertamente no nos faltarán las dificultades pero es el Señor el que dice: Valor, no tengáis miedo», animó el padre Rodríguez Carballo. A continuación, en el auditorio adyacente de la Domus Pacis, tras la intervención del ministro, los capitulares fueron saludados por el obispo de Asís Domenico Sorrentino y por fray Bruno Ottavi, ministro provincial de los Hermanos de Umbría. También el alcalde de la ciudad Claudio Ricci quiso hacerse presente a través de un mensaje. Fueron muchos los saludos llegados a los capitulares de diversas partes del mundo. Además de los presentes, todos los hermanos, individualmente o por grupos, podrán hacer llegar al Capítulo sus propias opiniones sobre los temas que se refieren a la vida de la Orden. Al Capítulo General corresponde la tarea de examinar y tutelar el patrimonio y la vida de la Orden, detectar nuevos caminos y medios oportunos para su crecimiento y promover una adecuada renovación. La primera semana del Capítulo General se dedicará al diálogo y al conocimiento recíproco entre los delegados, además de a la verificación sobre el estado de la Orden, a partir de la ponencia que el ministro general presentará a los capitulares; en la segunda -exactamente el 4 de junio- será elegido el nuevo general, por mayoría absoluta, en presencia del delegado pontificio, el cardenal José Saraiva Martins; mientras que en la tercera y cuarta semanas los padres capitulares dialogarán sobre la orientación de la Orden para los próximos seis años. En la rueda de prensa de presentación del Capítulo General, celebrada en Roma el 22 de mayo, el padre José Rodríguez Carballo subrayó en especial, entre los «desafíos misioneros» a los que esta asamblea quiere responder, se encuentran los de la inculturación y la renovación del lenguaje, «más humilde, más sapiencial y menos ampuloso», acompañado siempre de un coherente testimonio de vida. El ministro general recordó el empeño de evangelización desarrollado por los hermanos menores a través no sólo de las parroquias sino también mediante los 800 centros educativos y las universidades, que mantienen vivo el carisma franciscano en el mundo y que en su conjunto se hacen instrumentos de diálogo ecuménico y entre las religiones. El padre Rodríguez Carballo puso también de relieve la actualidad de la vocación a la «minoridad», entendida como «opción por los últimos y los oprimidos para ser solidarios con ellos y anunciar la esperanza». San Francisco, explicó, fue «sobre todo un creyente», aunque muchas veces «es representado como un revolucionario social y político. Francisco es un revolucionario del Evangelio». Al término de la rueda de prensa, el padre Carballo presentó la medalla conmemorativa de los 800 años de la Orden Franciscana (1209-2009), explicando su simbología: en una cara, la paloma del Espíritu Santo, «el verdadero ministro general», según san Francisco; en la otra, la representación del Capítulo General guiado por el «Pobrecillo de Asís», que enseña a los hermanos la vía para la propia conversión, señalando el rostro del Crucificado que le habló en San Damián. Actualmente, los hermanos menores presentes en los diversos continentes son 14.724; en 2005, eran 15.795, y cerca de 22.000 en 1930. Aunque disminuye su número en Europa occidental y central, así como en Estados Unidos y en Canadá, permanece sin embargo estable la situación en América Latina. Aumentan en cambio las vocaciones en Europa oriental, Asia y África. En la actualidad, los obispos pertenecientes a la Orden de los Hermanos Menores son 104. La mayor parte de ellos está concentrada en América Latina.