(S.Calavera/Alba) Moshé Bendahán, primer rabino de Madrid, considera que ante un embarazo, lo más importante es tener presente que está en juego una vida humana. «Se debe tener en cuenta que hay una vida de una persona y debe primar su derecho a vivir», asegura. Su crítica al anteproyecto de ley del aborto que ha aprobado el Consejo de Ministros, es rotunda: «La defensa de la vida está por encima de todo y, por lo que respecta a la ley judía, somos antiaborto, por supuesto. Desde el punto de vista de la ley judía, no es correcta esta ley», asegura en alusión al anteproyecto. Considera que de una medida así no puede surgir nada bueno. Sostiene que quien no respeta la vida como algo que tiene valor en sí mismo, «intenta justificar todo según sus intereses y deseos. Y en este mundo, lo que uno siembra es lo que uno recoge. Cualquier pensamiento, palabra, acción que no es acorde con la creación, genera un efecto boomerang y tiene repercusiones que no podemos medir. Tenemos que tener seguridad de que de una acción que va en contra de las leyes del Creador no puede venir ninguna consecuencia positiva». Explica, sin embargo, que el judaísmo admite el aborto en circunstancias muy excepcionales: «Si el feto atenta contra la vida de la madre, mientras esté en su seno, no en el nacimiento, o ha habido una violación, pero sólo hasta el día 40. Si se trata de una malformación que pone en peligro la vida de la madre o le va a generar un desequilibrio psíquico, hay que estudiarlo en una consulta rabínica. Según el Talmud, hasta entonces no se llama hombre, es espíritu de vida pero no tiene alma, que es lo que le da la definición de ‘hombre’ al feto. A partir de ahí ya no se puede realizar aborto, a no ser que sea un caso de que el feto ponga en peligro la vida de la madre». Respecto a dejar la decisión del aborto bajo la responsabilidad de las niñas, a partir de 16 años, muestra su desacuerdo porque «mientras la joven es menor de edad siempre tiene que estar sometida a la autoridad de los padres». Tampoco está de acuerdo con la prevención basada en promover el uso de anticonceptivos, desde la etapa escolar, que se potenciará con esta ley, ya que consideran que la sexualidad es propia del matrimonio: «No estamos a favor de esas relaciones sexuales tempranas. La sexualidad tiene una función muy importante como culminación de una relación de amor, vinculada al matrimonio». Musulmanes que respetan la vida desde la concepción Alí Abbas es secretario y portavoz del Centro Islámico Al-Qaim, inscrito en el registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia y de la Mezquita Sahah Jalal Jame, la mezquita de los chiítas de Cataluña. Como explica a ALBAdigital, la postura de esta escuela islámica es clara respecto a la vida: se debe defender desde su mismo comienzo, en la fecundación. «Nosotros estamos en contra del aborto, en cualquier caso, como medida de control o como sea. Está prohibido el asesinato y entendemos que en el momento de la concepción hay un ser humano. La postura unánime de toda la escuela es: ‘No al aborto desde la concepción’. La reforma nos parece fatal. No entendemos que se plantee como un derecho de la mujer». También rechazan que se permita el aborto por malformación: «Nos oponemos. Es doctrina unánime, porque Alá, de cara al Padre, no envía pruebas que no se puedan superar y, en segundo lugar, entendemos que la medicina ha progresado suficiente como para no practicar el aborto en estos casos». Respecto a la idea de dejar a los padres al margen de la decisión de abortar de sus hijas menores, desde los 16 años, subraya que es inconcebible en el mundo musulmán: «Eso ya es para quemar algo. Tú le dices a un musulmán de toda la vida que viene a España y que su niña puede hacer lo que quiera con 16 años y eso no cabe en la mentalidad tradicional del Islam». En vista de la firme defensa que hace de la vida, si se le pregunta, en otro orden de cosas, pero también en la línea de los derechos humanos, por la persecución religiosa que sufren los cristianos en países islámicos, explica que eso no es propio de un buen musulmán: «Me parece mal y además está prohibido en el Corán. El gobierno que intente justificar la persecución contra los cristianos y se declare musulmán está mintiendo. El respeto que se le tiene que tener según el Corán a la gente del libro es sagrado. Si eres un gobernante y te llamas musulmán, no puedes aprobar leyes o defender formas de comportamiento que ataquen a los cristianos», asegura.