(R.B/ReL) Benedicto XVI ha expresado su deseo de «profundizar en la comprensión» entre judíos y cristianos durante su visita a los Grandes Rabinos de Israel en la sinagoga Heijal Shlomó, tercer punto del itinerario previsto para hoy en la peregrinación del Papa en Tierra Santa. En su encuentro con los Grandes Rabinos, el obispo de Roma aseguró que un «gran motivo de satisfacción» a lo largo de su pontificado ha sido «el diálogo con el Gran Rabinato de Israel» y puso de manifiesto los importantes puntos de encuentro en ese diálogo entre judíos y cristianos: defensa de la vida humana, importancia de la familia, libertad de conciencia y religiosa y preocupación por el relativismo moral. El Papa quiso destacar el «aprecio especial de los cristianos de Israel a las oportunidades de diálogo con sus vecinos hebreos» y señaló que la confianza resulta esencia en ese intercambio que supone una oportunidad para la «reconciliación total» de la Iglesia católica con el pueblo hebreo. Al finalizar su intervención, el Santo Padre hizo votos para el diálogo interreligioso siga adelante inspiradoen las Sagradas Escrituras y recitó el «Shemá Israel». Con anteriorirdad, el Santo Padre visitó el Templo de la Roca a primera hora de la mañana y permaneció unos minutos de oración en el Muro de las Lamentaciones, último vestigio del Templo de Israel. Emulando a su antecesor, Juan Pablo II, el Santo Padre dejó una nota entra las piedras del muro en la que se decía: «Dios de todos los tiempos, en mi visita a Jerusalén, la Ciudad de la Paz, morada espiritual para hebreos, cristianos y musulmanes, llevo ante Ti los gozos, las esperanzas y las aspiraciones, las angustias, los sufrimientos y las penas de todo Tu pueblo disperso por el mundo». «Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, - prosigue- escucha el grito de los afligidos, de los que tienen miedo, de los desesperados, manda tu Paz sobre esta Tierra Santa, sobre Medio Oriente, sobre la entera familia humana; ilumina el corazón de todos aquellos que invocan tu nombre a fin de que quieran caminar humildemente sobre el camino de la justicia y la piedad». «Bueno es el Señor con el que espera en Él, con el alma que lo busca», concluye la plegaria.