(R. B./ReL) Su aportación a las leyes, su histórica elección como primer presidente negro de la historia de los EEUU y su ambicioso programa social de lucha contra la pobreza son las razones fundamentales que ha esgrimido la universidad católica de Notre Dame para otorgarle a Barack Obama un doctorado honoris causa. Sin embargo, las protestas han ido in crescendo desde el momento del anuncio del galardón, cuya entrega está prevista el próximo 17 de mayo. Ya son más de sesenta, sesenta y ocho, en concreto, los obispos de los Estados Unidos de Norteamérica los que han mostrado públicamente su rechazo a esta concesión por razones como el fomento de las prácticas abortivas y de la experimentación con embriones humanos, según informa Forumlibertas. Junto a sus prelados, cientos de miles de fieles católicos se han opuesto al homenaje preparado por el presidente de la universidad, John Jenkins, hasta el punto de que la Cardinal Newman Society emprendió una campaña titulada «El escándalo de Notre Dame», que ha reunido a día de hoy 354.230 apoyos. Misa de reparación Por si la protesta masiva no fuera suficiente para los clerigos de la Orden de la Santa Cruz que rigen la universidad, el obispo de Orlando, Thomas Wenski, celebró el pasado domingo una misa de desagravio en reparación «por los pecados y transgresiones cometidas contra la dignidad y la sacralidad de la vida humana» a iniciativa de los alumnos de la Universidad de Notre Dame. El prelado, durante la homilía, aseguró que «el daño inflingido por la Universidad de Notre Dame a muchos más allá de los Estados Unidos es real, a pesar de sus protestas en contra, que sugieren que desea justificar posiciones que contradicen la fe y las enseñanzas de la Iglesia». En todo caso, prosiguió el monseñor Wenski, nuestro propósito «no es manifestarnos contra la insensibilidad y la irreflexión exibida por el presidente de la Universidad de Notre Dame y su equipo. El motivo por el que estoy celebrando esta misa de reparación es que soy un obispo y por lo tanto no voy a enviar a los católicos disgustados con aperos de labranza a asaltar Notre Dame. Lo que hago es animarles a rezar».