(R.B./ReL) A pocas horas de la llegada inminente a Jordania y Tierra Santa de Benedicto XVI , ya se empiezan a conocer algunos detalles concretos del viaje apostólico, primero de un obispo de Roma a la tierra originaria de Jesús desde el año 2000. Más allá de la extensa agenda a la que tendrá que hacer frente, Benedicto XVI no ha podido sustraerse a seguir los pasos de Juan Pablo II quien, en un gesto sin precedentes, colocó en el Muro de las Lamentaciones un mensaje que hoy se guarda en el Museo del Holocausto y que rezaba así: «Dios de nuestros padres, Tú elegiste a Abraham y a sus descendientes para traer Tu nombre a los pueblos. Lamentamos el comportamiento de aquellos que a lo largo de la historia causaron sufrimiento a Tus hijos y pedimos perdón. Pedimos llegar a una confraternidad auténtica con el pueblo de la Alianza». Del mismo modo Benedicto XVI, según ha revelado Radio Vaticana, dejará el próximo martes un mensaje, probablemente otra oración, entre las grietas del último vestigio del Templo de Jerusalén. No será el único gesto hacia el mundo judío, ya que ese mismo día también se reunirá con los grandes rabinos de Israel en la sinagoga Heijal Shlomó tras haberse entrevistado el día anterior en el memorial «Yad Vashem» en Jerusalén con seis sobrevivientes del Holocausto judío a manos de la Alemania nazi. Con anteridad a repetir el gesto de Juan Pablo II en el Templo de Jerusalén, el Santo Padre se entrevistará con el Gran Mufti de Israel en la explanada de las mezquitas en una visita de cortesía equivalente a la que realizará a los dos grandes rabinos. Este encuentro, junto al que mantendrá con los diversos líderes musulmanes en la mezquita Al Hussein Ben Talal de Amman el próximo sábado, servirá de lugar de cercanía entre católicos y musulmanes.