(ReL/Agencias) El Cardenal Antonio Cañizares, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos, se encuentra internado desde el pasado fin de semana en el hospital Gemelli de Roma, afectado por una tromboflebitis en una pierna, de la que comenzó a dolerse hace unos días. El cardenal Cañizares llegó al Vaticano el pasado domingo 19 de abril procedente de Toledo, donde tres días antes había anunciado el nombramiento de su sustituto, Braulio Rodríguez, al frente del Arzobispado y tras leer un mensaje de despedida a la Diócesis de Toledo, había atendido a los periodistas en una rueda de prensa en la que manifestó que está realizando "con esperanza" la labor que el Santo Padre le ha encomendado, que es la nueva pastoral para renovar la liturgia, algo que Benedicto XVI quiere impulsar. Precisamente en este sentido, el martes pasado, el cardenal Cañizares, como Prefecto de la Congregación para el Culto Divino
celebró una Misa Gregoriana Pontifical en la Catedral del Papa, la Basílica de San Juan de Letran, en la forma extraordinaria del rito romano, asistido por los Frailes Franciscanos de la Inmaculada. Fuentes del Arzobispado de Toledo explicaron a Europa Press que el cardenal Cañizares se encuentra ingresado aquejado de este dolor y que permanecerá así hasta su recuperación, puesto que esta dolencia en principio no reviste gravedad pero requiere sobre todo de reposo. El cardenal ha sido ingresado en Roma donde se encontraba desarrollando su labor en el Vaticano. Su sucesor al frente del Arzobispado de Toledo, monseñor Braulio Rodríguez, no hará efectivo su cargo hasta junio, después de la celebración del Corpus Christi de Toledo, en el que se espera la asistencia de Cañizares.