(Agencias/ProtestanteDigital) El texto, que recibió 70 enmiendas de las que sólo una decena fueron aprobadas, entre ellas dos de la Alianza Evangélica Europea (y parcialmente alguna otra) llega en un momento en el que el debate sobre el aborto está candente en varios países europeos. La resolución fue aprobada en Asamblea parlamentaria por 102 votos a favor y 69 en contra, y reclama que se respete "la autonomía de la mujer para decidir". "No queremos que el aborto se utilice como método anticonceptivo. Tampoco promoverlo. Queremos que sea una práctica legal, segura y accesible. Debe ser despenalizado", defendió la parlamentaria británica Cristine McCafferty, una de las autoras del informe. El documento final recomienda una ley de plazos, es decir, que tenga un límite claro en cuanto al tiempo de embarazo aunque no especifica cuál. Esta ley de plazos es el sistema vigente en 32 de los 47 países que integran el Consejo de Europa, como Francia o Alemania, donde el plazo de aborto libre es de 12 semanas, u Holanda, de 24. En la mayoría de los países, además, pasado ese periodo, aún se puede abortar por malformaciones del feto o riesgo para la salud de la madre. En Malta y Andorra está totalmente prohibido y en Irlanda e Irlanda del Norte sólo se permite en algunos casos. En España es legal en tres supuestos -violación, riesgo para la salud de la madre o el niño y malformaciones fetales-. En este punto anterior, las posiciones coincidentes con las enmiendas de la Alianza Evangélica Europea (que fueron realizadas junto con otra gran entidad evangélica, CARE for Europe) consiguieron eliminar la intención inicial de los ponentes del informe de liberalizar por completo el periodo posible de realización de un aborto legal. Quien defendió con todas sus fuerzas las enmiendas que habían presentado los evangélicos europeos fue el Partido Popular Europeo, y de forma especial el parlamentario español Ignacio Cosidó, logrando que se incluyera un texto a favor de la libertad de los padres para educar a los hijos conforme a su ideología. En concreto, esta enmienda incluida dice que “esta educación debe incluir la enseñanza de la autoestima, las relaciones saludables, la libertad para retrasar la actividad sexual, evitar la presión de los/as compañeros/as, la información sobre anticonceptivos, y la consideración de las consecuencias y las responsabilidades”. La otra enmienda incluida dice que se debe "promover una actitud más favorable a la familia en las campañas públicas de información, y proveer el asesoramiento y el apoyo práctico para ayudar a las mujeres en los casos en los que la razón para desear el aborto es la presión de la propia familia o las dificultades económicas". VALORACIÓN DE LA EEA Ante el texto del informe sobre el aborto que acaba de ser publicado, Julia Doxat, representante oficial de la EEA ante la Unión Europea, considera que "los cambios incluidos en general son buenos, entre ellos dos de nuestras enmiendas que fueron aceptadas; y que reconocen la necesidad de una educación integral sobre sexo y relaciones y que las mujeres necesitan asesoramiento y apoyo práctico cuando la razón por la que desean abortar es la presión de la familia o problemas económicos. Así que, aunque el informe en su conjunto sigue siendo malo, y afortunadamente no tiene fuerza legal, ha sido mejorado y se notaron nuestros esfuerzos. Otras mejoras significativas son que el informe no reclama ya el aborto sin límites. También pide que se le dé a las mujeres la posibilidad de elegir, y que no se promueva el aborto. Reconoce que la educación sexual debe ser la adecuada a la edad y con sensibilidad de género", todos ellos aspectos defendidos por la EEA. VALORACIÓN DESDE ESPAÑA Manuel Suárez, Vicepresidente del Observatorio Cívico Independiente, del Grupo de Participación en la Vida Pública de la Alianza Evangélica Española fue quien canalizó en España el apoyo a las enmiendas de la EEA (Alianza Evangélica Europea, por sus siglas en inglés). El envió las propuestas a los cristianos que participan en diversos partidos políticos, para que las remitiesen a sus compañeros de partido pidiendo que las apoyasen. A pesar de que el informe fue aprobado, dice Suárez, “es una alegría comprobar que nuestras propuestas fueron escuchadas e influyeron algo en el texto final. De hecho, comprobamos que el representante Ignacio Cosidó, del Partido Popular, recogió muchas de las enmiendas que le enviamos y las defendió con convicción; otros parlamentarios de otros países, a instancias de hermanos de las respectivas Alianzas Evangélicas nacionales, también las recogieron. Al final, se introdujeron algunas modificaciones como consecuencia del debate y en concreto dos párrafos nuestros fueron aceptados literalmente”. Por este motivo, agradece a todos los que han participado. Además, valora M. Suárez que “es muy positivo comprobar que podemos tener una influencia real, aunque sea limitada, cuando trabajamos en conjunto como creyentes. Para nuestro OCI y nuestro Grupo de Participación en la Vida Pública es un estímulo; haríamos lo mismo si no viésemos resultados, pero se trabaja con más alegría cuando éstos se ven. Francamente estoy entusiasmado de comprobar que como grupo de evangélicos hemos podido influir palpablemente en la modificación de algunas partes del informe”.