(EFE/LD) El obispo de San Sebastián ha expresado este lunes su "cercanía" y "sensibilidad" hacia los familiares de los presos de ETA que "sufren" al tener que desplazarse centenares de kilómetros para poder visitar a los reclusos. En una conferencia ofrecida en Bilbao, Juan María Uriarte, ha reconocido que sus afirmaciones sobre los derechos de los presos suscitan "incomprensión" pero, ha dicho, "un obispo que no hablara de esto no tendría misericordia". Según ha dicho, las medidas de acercamiento o alejamiento de presos de ETA -respecto de los centros penitenciarios del País Vasco- "se han conducido por razones políticas" pero, a su juicio, existen "razones humanitarias que requieren el respeto de los derechos" de los encarcelados y, "sobre todo, que las familias de los presos no deben pagar con esos viajes" para acudir a visitarles. Uriarte ha reivindicado el valor del diálogo como instrumento "insustituible para resolver cualquier conflicto" dentro de un Estado o en las relaciones internacionales y ha expresado su "convicción firme y neta" de que éste debe ser el camino para avanzar hacia la paz también en Euskadi. Ha afirmado que a la Iglesia "le toca reivindicar con valentía el diálogo como victoria de la palabra sobre la violencia y la fuerza", aunque ha aclarado que "no corresponde a la Iglesia establecer los momentos, ni los modos, ni las condiciones mínimas" ante un posible final negociado del terrorismo. Además, ha considerado "injusto" afirmar que "la Iglesia haya sido tibia en la búsqueda de la paz, o en la condena del terrorismo de ETA, o en la cercanía a las víctimas o en la reclamación de los derechos intangibles que deben ser respetados incluso para los autores de los mayores delitos". Uriarte ha exigido a ETA "no sólo que deje las armas", que a su juicio "con el tiempo lo hará porque no tiene más remedio", sino que "desaparezca". Ha respondido así al presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, que acusó al obispo de ser "un lastre para la paz", que su aspiración personal es avanzar hacia la superación de la violencia, proponiendo que "unos y otros" acepten "un recorte en sus aspiraciones" políticas "para llegar a un acuerdo entre todos, que sea la garantía de una paz justa". Para avanzar por ese camino, Uriarte ha reclamado un compromiso en la educación para la paz y promover la reconciliación. Ha recomendado "serenar nuestros sentimientos en la política" para evitar la "demonización del adversario político, la pasión por liquidarlo y la desconfianza profunda que congela el acercamiento mutuo, que obran en muchos ciudadanos y en muchos dirigentes" de partidos vascos, según ha criticado. Para propiciar el acercamiento entre las diferentes opciones, ha planteado la necesidad de fomentar "la conciencia cálida de pertenecer al mismo pueblo" ya que, aunque unos sientan más su pertenencia a Euskadi y otros a España, "no somos dos comunidades forzadas" sino "un pueblo políticamente plural, pero un pueblo y no podemos dejar a unos hijos la imagen de un pueblo fragmentado".