(Laopiniondemalaga.es/ReL) De puertas para adentro y de puertas hacia afuera. El pregón de la Semana Santa de 2009 no quiso excluir a nadie, aunque, eso sí, dejó claro qué son las cofradías y por qué objetivo trabajan durante todo el año. Ana María Flores Guerrero, cofrade de la Paloma, el Monte Calvario y las Penas, y profesora de lengua y literatura en el instituto de la Universidad Laboral, fue la encargada de pronunciar el Pregón de la Semana Santa malagueña. La protagonista de la noche ayer en el Cervantes supo contagiar al auditorio su orgullo de ser cofrade. Cofrade comprometida en una sociedad que, a veces, ataca con demasiada violencia a las hermandades, a las que se convierten, según la pregonera, en blanco de críticas hirientes. Por ello lanzó un mensaje claro:?a nuevos tiempos, nuevos retos, aunque manteniendo lo que las hace únicas, la gloria y alabanza a Dios a través del culto, la caridad y la formación. Los tres pilares en los que se asienta la vida cofrade fueron también los tres ejes en los que la pregonera sustentó las primeras páginas de su intervención, en las que dio la bienvenida al nuevo obispo, Jesús Catalá, y agradeció la labor episcopal de su antecesor, ya emérito, Antonio Dorado, durante los casi 16 años que sostuvo el báculo de la diócesis. Con un lenguaje sencillo y accesible, Flores parafraseó el himno hebreo ´Dayénu´, oración de acción de gracias que comienza con el estribillo "Eso nos habría bastado", cada vez que se enumera uno de los dones concedidos por Dios. "Con la fe nos habría bastado, pero no, por si eso fuera poco, el Señor nos da un nuevo regalo: las hermandades y cofradías". El pregón se inició con un poco de retraso, ya que hubo que esperar la llegada, en taxi, del nuevo obispo, Jesús Catalá, revestido con sotana y acompañado por el vicario general. Ha sido el primer pregón al que ha asistido el prelado, que presenció el acto desde el palco de autoridades, junto al presidente de la Agrupación, Rafael Recio, y el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre. Transmitir la fe "Ser cofrade es una vocación y una elección libre: vivir la fe en comunión con el hermano. Los cofrades somos hombres y mujeres, sin distinción de clases, ni de edades, con las ideas claras. Sabemos que el camino que hemos de seguir, no es otro, que vivir la fe de Cristo, alimentarla en la oración y la caridad, transmitirla y un día, el de la procesión, dar conjuntamente público testimonio de ella", incidió la pregonera para recordar a los que lo dudan, cuál es el fin de las corporaciones penitenciales. "Cofrades, nosotros somos cultura, tradición, arte y patrimonio, pero por encima de todo, religiosidad popular, Iglesia, Iglesia comprometida, valiente y actual", insistió. Ana Flores hizo un bello canto en forma de letanías a las imágenes marianas de la Semana Santa, ya que dijo que "Málaga no comprende a Cristo sin su Madre". Del mismo modo, destacó el trabajo que realizan los cofrades en las casas hermandad. "En las cofradías, el ´Ora et Labora´ alcanza una sinfonía perfecta", añadió. Y se detuvo en resaltar la acción social y asistencial de las cofradías, sobre todo en este año de crisis económica en el que se han redoblado esfuerzos para atender los nuevos perfiles de pobreza. "Quiero pregonar públicamente que nuestras cofradías no vuelven la espalda a la realidad del mundo. Somos voluntarios de las ONG más antiguas que se conocen", proclamó. Aborto La pregonera, que puso el punto final al texto hace un mes, incluyó su declaración de intenciones sobre un tema que ha generado controversia a raíz de que la Agrupación se haya posicionado a través de un manifiesto en defensa de la vida. "No nos tiemble la voz para proclamar que la vida es sólo de Dios y que lo nuestro no es ni el aborto ni la eutanasia", sentenció. "En estos tiempos en los que se duda de Dios, se disfraza la Navidad y se nos parte el alma cuando dicen que molestan nuestros crucifijos", dijo. Tras insistir varias veces del orgullo que significa ser cofrade de todo el año, Flores realizó el tradicional canto a la ciudad antes de comenzar con la exaltación a cada una de las cofradías, en el orden cronológico de la Pasión, desde la Pollinica hasta el Resucitado, deteniéndose en las cofradías de la que es hermana:?Paloma, Penas y Monte Calvario. De puertas hacia afuera, cuando la cofradía ya está en la calle, Flores tuvo palabras también para la juventud cofrade, los albaceas que montan los cultos con gusto milimétrico, las camareras o la expansión del fenómeno cofrade a los barrios. Ambiente del pregón El pregón de Ana Flores tuvo un inicio titubeante, aunque el primer aplauso sirvió para asentar a la pregonera tras su atril forrado de damasco morado. Y fue a más, alcanzando cotas de gran altura de compromiso y calidad literaria, y luego a menos, y menos en el canto a las distintas cofradías, que tuvo sus puntos de inflexión en tres momentos: cuando la pregonera se refirió a la Paloma, las Penas y el Monte Calvario, tres devociones muy presentes en el escenario. El decorado, con un gran centro de flores blancas, fue cambiando conforme avanzaba el pregón. Siempre se mantenía una mesa con dos esbeltos candelabros de varios brazos, que iluminaban a un Niños Jesús con el hábito negro del Calvario;?el libro de reglas de la Paloma y la cruz de la hermandad de la Santa Caridad. A su lado, se disponía una silla con el equipo de nazareno preparado, obviamente, de la Puente del Cedrón. Pero el fondo, si al principio era presidido por una foto del Señor de la plaza de San Francisco, terminó con la cruz con el sudario del Yacente de la Paz y, entre medio, mientras sonaba un fragmento del ´Poema Sinfónico´ y las últimos acordes de ´Mater Mea´, se proyectó una imagen de la Virgen de las Penas, en su trono, simulando una inminente salida de su nuevo oratorio de Pozos Dulces;?y otra instantánea de la Virgen del Monte Calvario, con la sombra de varios nazarenos silueteados que las precedían. E incienso. Mucho incienso. La pregonera vestía un elegante traje de chaqueta y falda negra, con un blusa blanca de cuello mao rematado con encajes. Muy cofrade. Aprovechaba los aplausos para beber agua, calmar la sed y refrescar una garganta que le había dado más de un susto en las vísperas. Junto a la jarra, dejó un pañuelo de la Virgen de la Esperanza, al que hizo alusión en el pregón. Su intervención fue interrumpida en 41 ocasiones, la mayoría por aplausos de los cofrades de las cofradías a las que se refería; aunque los más cerrados los recibió cuando habló del aborto y de los jóvenes, "no sois el futuro, sois el auténtico presente cofrade", les dijo. Concierto La banda de música de la Expiración intervino en la primera parte del acto con las marchas ´Benigne Fac Domine´, una versión abreviada de ´Virgen de las Penas´ y con la ´Malagueña Virgen de la Paloma´, concluyendo con los himnos de Andalucía y de España. A continuación, y tras una breve pausa que sirvió para que se montara el escenario y para que los asistentes se enteraran de que el Unicaja había perdido de uno tras una prórroga en Barcelona, el jefe de protocolo de la Agrupación, Rodrigo Martín, introducía al presentador de la pregonera, el periodista Paco García, que aprovechó la ocasión para recordar a los medios de comunicación que han desaparecido en el último año y para dar a conocer varias pinceladas de la personalidad de la pregonera.