(Agencias/ReL) El arzobispo estadounidense de San Luis, Raymond Burke, prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, se disculpó el pasado jueves por la "confusión y el dolor" ocasionados a algunos obispos de EE.UU. por sus declaraciones sobre quienes permiten la comunión de políticos abortistas. El pasado 2 de marzo monseñor Burke concedió una entrevista en Roma al activista anti-aborto Randall Terry. El día 25, con ocasión de la jornada mundial por la vida, Terry, fundador del movimiento anti-abortista Operación Rescate, mostró el video de la entrevista en una rueda de prensa en la que también instó a que el Vaticano cambie a dos obispos estadounidenses por no disponer que en sus diócesis se niegue la comunión a los políticos católicos que apoyan las leyes permisivas del aborto. En sus respuestas, Burke le dijo a Terry que los feligreses estadounidenses deberían presionar a los obispos para que preserven el sacramento: "Los obispos, sacerdotes, diáconos y ministros extraordinarios de la Eucaristía deberían negar la comunión a los políticos católicos que insisten en apoyar la legislación que legaliza el aborto", declaró, y "los fieles deben acudir a sus obispos para que detengan el escándalo, porque se está debilitando la fe de todos", dijo Burke. El arzobispo de San Luis declaró que no sabía que Randall Terry tenía previsto mostrar el video con sus comentarios en esa rueda de prensa el miércoles pasado en Washington. El jueves, Burke aclaró en un comunicado que no le parecía correcto el uso que Terry había dado a la entrevista grabada, que él pensó que utilizaría sólo con el propósito de alentar a los activistas pro-vida. "Nunca fui informado de que la cinta de vídeo se utiliza como parte de una campaña de duras críticas contra algunos de mis hermanos obispos" –explicó monseñor Burke-, y "si hubiera sabido el verdadero propósito de la entrevista, no habría accedido a participar en ella. El arzobispo Raymond Burke, uno de los más destacados defensores de la doctrina católica sobre el aborto, nunca ha sido reservado en compartir sus puntos de vista sobre el tema. No obstante, aclaró, sus comentarios debían atribuírsele como a uno de los obispos de los EE.UU. que se dedican a fomentar el apostolado del respeto a la vida, y no como al prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica.