(AlbaDigital/ReL) “La ciencia tiene cada día más argumentos y la coincidencia entre los cientítificos es cada vez mayor para concluir que desde la concepción existe un nuevo ser humano“, añadió el pastor de la iglesia vizcaína. Más adelante afirmó que “aunque la ley despenalice en algunos casos el aborto, éste deja su huella en la madre, porque hay otra ley inscrita en el corazón, que dice: no matarás, no matarás al hijo de tus entrañas”. “Hay madres que conservan la ecografía como la única fotografía de su hijo”. “Sería una grave irresponsabilidad banalizar el aborto, ya que comporta fracaso y dolor”, dijo el obispo de Bilbao. “El aborto causa al menos dos víctimas: el hijo que muere y la madre que carga en su conciencia con el hijo muerto”. Mons. Blázquez subrayó la necesidad de dar apoyo a las madres: “Nosotros defendemos la nueva vida con la madre, no contra la madre. Ni a aquél se puede dejar indefenso, ni a ésta se la debe dejar sola”, señaló. El trabajo como servicio En la jornada intervinieron también el obispo prelado del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría, y el rector de la Universidad de Deusto, P. Jaime Oraá. Mons. Echevarría abordó la conversión a Cristo a través de la santificación del trabajo, entendido también como “servicio a los demás”, tal como explicaba san Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei. “El trabajo es elemento decisivo en la maduración de cada persona”, manifestó. Mons. Echevarrría saludó afectuosamente al obispo de Bilbao, y a su auxiliar, Mons. Mario Iceta. “El cristiano está llamado a identificarse con Cristo y, por tanto, está llamado a dar testimonio de El”, dijo, recordando unas palabras de Benedicto XVI, que subrayaba “el amor loco de Dios por nosotros”. El prelado del Opus Dei pidió en varias ocasiones a los asistentes a las Jornadas que acompañaran “al Papa con oraciones en su viaje apostólico a África”. El P. Jaime Oraá, rector de la Universidad de Deusto, afirmó que “la aspiración a la calidad y la excelencia” por parte de las Universidades católicas “no es suficiente”, puesto que “se trata de participar en la misión de la Iglesia”, es decir, “en su gran tarea evangelizadora”. El jesuita destacó “la proyección de la universidad, concebida como una fuerza social a favor de la fe, la justicia y la paz“. En su intervención se refirió a las dimensiones educativas que debía tener la enseñanza, según el P. Diego Ledesma: “utilitas, iustitia, humanitas et fides”.