(Agencias/ReL) Frente a la opinión de los médicos, los padres recurrieron al Alto Tribunal Británico, que llegó el viernes a la misma conclusión que los doctores y autorizó al hospital a desconectar el sistema de respiración asistida. Tras escuchar el veredicto adverso de la corte, el matrimonio se declaró "profundamente acongojado" y reiteró su convicción de que valía la pena, pese a todo, preservar la vida del niño. Tras el fallecimiento del bebé, los padres comentaron: "Murió pacíficamente. Le echaremos mucho de menos. Fue una suerte haberle conocido, pese a su breve vida". Éstos señalaron sus diferencias con los médicos: "Ellos creen que su vida es insoportable y que su incapacidad es tal que no tiene sentido que siga viviendo, pero nosotros, y algunos enfermeros, creemos que es capaz de sentir placer y que hay momentos prolongados en los que no sufre dolor y está relajado".