(EP/ReL) "Cuando la Divina Providencia ha querido designarme como sucesor de los apóstoles para presidir la ya querida diócesis de Asidonia-Jerez, manifiesto ante todo mi adhesión y mi gratitud al Santo Padre por la misión encomendada. Al mismo tiempo, no puedo dejar de mirar atrás y recordar a mis antecesores, el apreciado Rafael Bellido Caro y Juan del Río Martín, que también fueron miembros de nuestro presbiterio y compartieron su sacerdocio con nosotros con gran generosidad y entrega", señala en una misiva recogida por Europa Press. En la carta expresa también su gratitud al cardenal Arzobispo de Sevilla, Monseñor Carlos Amigo Vallejo, de quien recibió la ordenación sacerdotal el 17 de Marzo de 1990 y que "siempre me ha acogido con apertura y comprensión en los diversos ministerios encomendados". También manifestó la "afectuosa cercanía que me viene dispensando" el arzobispo coadjutor, Juan José Asenjo. Para ambos dedicó su reconocimiento, veneración y disponibilidad. "No olvidaré los beneficios que he recibido de todos los sacerdotes que me han acompañado y enriquecido en mi formación y ministerio sacerdotal, a lo largo de mi vida, desde mi infancia en mi pueblo natal, pasando por el seminario, hasta el día de hoy. A ellos y a todos los fieles que se cruzaron en mi camino en el Priorato, Benacazón, la Universidad, la Hermandad de los Estudiantes, así como al Camino Neocatecumenal y a mi querido pueblo de Osuna, les doy infinitas gracias de todo corazón", figura en estas líneas. No olvidó el nuevo obispo de Asidonia-Jerez a sus compañeros del Cabildo Catedral, "donde he tenido la oportunidad de conocer a grandes hombres y sacerdotes y a los que estoy agradecido por su compañerismo y cercanía", recordando igualmente a la Universidad de Curas Párrocos porque "siempre he encontrado acogida y calor fraterno". "Me pongo a vuestra disposición y os comunico que, en la diócesis de Jerez, me encontraréis siempre para serviros en lo que sea posible. Os pido que no me olvidéis en vuestras oraciones y que tengáis libertad de espíritu para que nunca olvide que la gracia del ministerio lo llevo en vasija de barro, para que de esa manera sólo Dios se manifieste a través de mi ser y obrar en la nueva parcela de su pueblo". Finalmente, Mazuelos dijo abandonar la Archidiócesis de Sevilla "alegre, gozoso y dispuesto a entregar mi vida a una diócesis con raíces profundas en su fe y me acojo a la protección de la Santísima Virgen de los Reyes, para que me ilumine y me sostenga en la misión de anunciar el Reino de Dios".