(Agencias/ReL) El jueves por la tarde, ante un numeroso grupo de enfermos, mutilados y discapacitados, el Papa manifestó su cercanía con todos los que sufren y dio testimonio de la "lucha eficaz" que lleva a cabo la Iglesia católica contra estos "terribles flagelos". Poco antes, el Pontífice había advertido a los africanos de los peligros de una "tiranía del materialismo" y de los ídolos y "paraísos artificiales" del tiempo presente, añadiendo que África puede convertirse en el "continente de la esperanza" para la fe católica. Misa ante 60.000 fieles En la homilía que pronunció durante una misa al aire libre ante 60.000 fieles en el palacio de deportes de Yaundé, la capital de Camerún, que supuso el punto culminante de su visita de tres días al país, el Papa llamó a los católicos en el continente negro a que "cuiden a su alma" y a que no se dejen atrapar por "ilusiones egoístas e ideales falsos". En la homilía de la misa, que fue acompañada de cantos y utilizando ocho lenguas, desde el latín hasta lenguas africanas como el ewondo y el swahili, Benedicto dedicó gran parte de su tiempo a la difícil situación de la familia y el peligro en que se encuentran los valores tradicionales, debido a los desplazamientos de refugiados y al conflicto generacional en Africa. Benedicto XVI condenó el aborto, y afirmó que hay que “acoger la vida como don de Dios, porque el nacimiento de un niño, por pequeño o pobre que sea, es una bendición. Dios lo ha creado para vivir. La muerte no debe prevalecer. No tendrá nunca la última palabra”. Joseph Ratzinger comparó el drama de tantas familias africanas obligadas a dejar su patria con el éxodo bíblico. Además, animó a los jóvenes a no perder la esperanza, con la convicción de que Dios les ama, y recordó a los niños abandonados, maltratados, a los que sufren abusos sexuales, y a los niños soldados. Tras estas palabras, el Santo Padre recordó el peligro que se cierne sobre este continente olvidado, donde “personas sin escrúpulos tratan de imponer el reino del dinero, despreciando a los más pobres” y les puso en guardia contra “dejarse atraer por falsas glorias e ideales”. La homilía, cargada de verdad incisiva y poética, terminó con un llamamiento apasionado y vibrante del Papa: “Hijos e hijas de África, no tengáis miedo de esperar contra la desesperanza y proclamad a Cristo”. “Dios os ama y no os olvida, San José os protege”. Al terminar estas palabras, el silencio con el que las miles de personas escuchaban la homilía de Benedicto XVI se rompió en aplausos mientras los músicos de la orquesta golpeaban los tambores africanos. Durante la noche anterior, la multitud esperó pacientemente la entrada al estadio, cuyas puertas se abrieron a las seis de la mañana, cuatro horas antes del inicio de la misa. A la llegada del papamóvil, los cantos y la música africana recibieron a Benedicto XVI mientras la multitud movía al ritmo pompones blancos, que daban la impresión de gaviotas echándose a volar. La misa también sirvió de escenario para la entrega a los obispos africanos del Instrumentum Laboris, documento preparado para el segundo sínodo vaticano sobre Africa, que se celebrará en Roma en octubre próximo. En uno de los puntos del documento de trabajo, de cincuenta páginas, se denuncia la acción de las multinacionales en el ámbito socioeconómico: “Las multinacionales continúan la invasión gradual del continente africano, para apropiarse de sus recursos naturales. Aplastan a las compañías locales, adquieren millares de hectáreas, expropiando de sus tierras a los habitantes con la complicidad de los dirigentes africanos. Además, provocan un daño grave al medio ambiente y destruyen lo creado, todo lo que inspira nuestra paz, nuestro bienestar y nuestra armonía”. Promoción del diálogo entre religiones El Papa se pronunció en favor del diálogo entre las religiones. "Que la cooperación entusiasta entre musulmanes, católicos y otros cristianos en Camerún se convierta en un faro para otras naciones africanas", afirmó el pontífice alemán durante el encuentro, que se desarrolló en un ambiente muy amistoso. Aproximadamente uno de cada cinco habitantes de Camerún es musulmán y el 40% son cristianos. Camerún es la primera escala del viaje del Papa a Africa, de seis días de duración, que incluye también una visita a Angola a partir de este viernes.