(Efe/ReL) En este contexto, es necesario "tutelar los derechos fundamentales de la persona en el respeto de la legalidad", afirmó, añadiendo que "Roma sabrá encontrar la fuerza" para ello si saca "nueva linfa de las raíces" en las que se basa su historia. "En la era post-moderna, Roma debe reapropiarse de su alma más profunda, de sus raíces civiles y cristianas si quiere convertirse en promotora de un nuevo humanismo que ponga en el centro la cuestión del hombre reconocido en su plena realidad", aseguró. El Pontífice también hizo alusión a la crisis económica, con la que "crece el número de quienes pierden la ocupación, se encuentran en condiciones precarias y no logran hacer frente a los compromisos financieros asumidos". Ante esta situación, pidió a las distintas instituciones públicas que "salgan al paso de cuantos viven en la pobreza" e invitó a las familias y a los jóvenes a no dejarse llevar por el "individualismo". A su llegada al Consistorio, el Papa fue recibido por algunos grupos de ciudadanos, entre los que se hallaban asociaciones católicas de voluntariado e inmigrantes. Después de visitar el Ayuntamiento y pronunciar su discurso ante el Consejo Municipal, Benedicto XVI salió al balcón y saludó a los ciudadanos que habían acudido a recibirle. Ante ellos afirmó que "después de vivir en Roma tantos años" ya se siente "un poco romano". Asimismo, exaltó la belleza de la ciudad eterna que acaba siendo casi como "su carisma natural". Por su parte, el alcalde de Roma calificó la jornada de hoy como "histórica", tratándose de la primera visita que realiza el Papa Benedicto XVI al Ayuntamiento de la capital italiana, once años después de la que realizó su predecesor, Juan Pablo II, en 1998.