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Laiglesiaenlaprensa.com/ReL) Con motivo del viaje de Benedicto XVI a Estados Unidos, donde visitará Washington y Nueva York, el diario de la capital, The Washington Post, ha publicado un editorial ("
Papal Opportunity") sorprendente. No está centrado en los temas que se están barajando durante estos días previos. El diario del Watergate levanta la voz de alarma sobre una crisis bastante desconocida fuera de los Estados Unidos: los efectos nocivos que la desaparición de muchos colegios católicos está provocando en la sociedad norteamericana. “Desde 1990 –dice el editorial- han cerrado más de 1.300 escuelas católicas, víctimas de cambios demográficos y económicos. El resultado ha sido unos 300.000 estudiantes trasladados, con un costo para el contribuyente de más de 20 mil millones de dólares. Y lo más crítico es que un amplio número de esos niños, en su mayor parte pobre y pertenecientes a minorías, se han visto obligados a entrar en problemáticas escuelas públicas. Sus opciones para el éxito están comprometidas”. El diario desea de todo corazón que el Papa aborde este tema durante su estancia en Estados Unidos. El periódico emblemático de la capital de los EEUU no sólo no cuestiona la escuela católica, sino que la considera una riqueza para todo el país. Afirma que su desaparición pone en peligro el futuro de muchos jóvenes y además los centros ahorran dinero a los contribuyentes. Cualquier parecido con la realidad en España no es mera coincidencia. Una de las causas que ha provocado el declive de los colegios católicos en las ciudades tiene que ver con los movimientos de población. En las últimas décadas, muchos fieles católicos han optado por desplazarse desde los centros urbanos a los barrios residenciales de la periferia. Además, el número de sacerdotes, monjas y religiosos que atienden los colegios ha descendido considerablemente. Esto ha obligado a contratar a profesores laicos que cuestan mucho más dinero, con el consiguiente encarecimiento de las matrículas para los alumnos. Para hacer frente a la crisis, algunas diócesis están impulsando nuevas iniciativas orientadas a atraer alumnos. En la diócesis de Wichita (Kansas) se ha puesto en marcha una ambiciosa campaña para que todos los colegios católicos ofrezcan enseñanza gratuita a los católicos. Esto es posible gracias a la ayuda de algunos filántropos. En las diócesis de Memphis y Denver también se han adoptado medidas parecidas. En cambio, hay colegios católicos –la mayoría pertenecen a la diócesis de Washington– que están eligiendo otra fórmula: convertirse en escuelas autónomas (charter schools). Este tipo de centros están financiados y supervisados por el Estado, pero tienen un estatuto (charter) propio por el que gozan de amplia autonomía. Tienen también libertad para encomendar a empresas privadas la dirección y gestión de los colegios, sin perder las asignaciones estatales. Los defensores de esta fórmula afirman que es una manera de conseguir financiación. Y que, como las escuelas son gratuitas, responden al deseo de padres que buscan una educación distinta de la pública convencional pero no pueden pagar un colegio privado.