(RV/ReL) "Que Oriente Medio sea tierra de diálogo y fraterna colaboración, de respeto recíproco y de paz, gracias al aporte responsable de todos los creyentes". Anhelo y mensaje de Benedicto XVI con ocasión del encuentro sobre el valor de las Iglesias cristianas en esta región, con la participación de representantes islámicos. Tras destacar que este encuentro, que constituye un nuevo paso en el paciente y prolífico itinerario del diálogo entre cristianos y musulmanes sobre temas de interés mutuo, tiende a afrontar el nudo crucial de la presencia de comunidades cristianas en regiones de marcada prevalencia islámica", el cardenal Bertone hace hincapié en que "el objetivo es el de iluminar - gracias también a la participación de autorizados representantes del mundo islámico - cómo la presencia de los cristianos en Oriente Medio representa una verdadera riqueza para toda la sociedad y una significativa garantía de desarrollo social, cultural y religioso". Lamentando no haber podido participar en este mismo encuentro, debido a sus compromisos ligados al servicio eclesial, el cardenal Secretario de Estado de Benedicto XVI, se hace intérprete de los sentimientos de estima y de amistad del Papa para con el presidente de la Comunidad de San Egidio y para con los organizadores y participantes en esta reunión. "El diálogo entre cristianos y musulmanes es una necesidad vital de la cual depende, en larga medida, nuestro futuro". Evocando estas palabras del Papa, en Colonia, en agosto de 2005, el cardenal Bertone, recuerda también lo que dijo el Santo Padre, recientemente, recibiendo en el Vaticano a los participantes en el foro católico-musulmán, promovido por el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso. Era el pasado 6 de noviembre, cuando, señalando que "musulmanes y cristianos tienen planteamientos distintos en las cuestiones que se refieren a Dios", Benedicto XVI dijo textualmente: "sin embargo, podemos y debemos ser adoradores del único Dios, que nos ha creado y que se preocupa de cada persona en todas las partes del mundo. Juntos debemos mostrar, con el respeto recíproco y la solidaridad, que nos consideramos miembros de una sola familia: la familia que Dios ha amado y reunido desde la creación del mundo hasta el fin de la historia humana". Ese mismo día, Benedicto XVI reiteró que "el nombre de Dios puede ser sólo un nombre de paz y hermandad, de justicia y de amor. Estamos llamados a demostrar con palabras, pero sobre todo con los hechos, que el mensaje de nuestras religiones es indefectiblemente un mensaje de armonía y de comprensión recíproca". La carta del cardenal Bertone termina asegurando el anhelo de Benedicto XVI de que "este encuentro contribuya a que Oriente Medio sea una tierra de diálogo y de fraterna colaboración, de respeto recíproco y de paz, gracias al aporte responsable de todos los creyentes que habitan en ella".