(ACI/ReL) "Quisiera, también en esta circunstancia", dijo el Santo Padre, "dar las gracias a cuantos han contribuido a hacer solemne una fecha tan significativa para la Iglesia Católica. Conmemorando los 80 años de la Civitas Vaticana, se siente la necesidad de reconocer el mérito de todos los que han sido y son protagonistas de estas ocho décadas de historia de un pequeño trozo de tierra". Seguidamente el Obispo de Roma recordó "en primer lugar al principal protagonista, mi venerado antecesor Pío XI que, anunciando la firma de los Pactos Lateranenses y sobre todo la constitución del Estado de la Ciudad del Vaticano, recurrió a una frase de San Francisco de Asís y dijo que la nueva realidad soberana era para la Iglesia como para el Pobrecillo ese tanto de cuerpo que bastaba para tener unida el alma". Finalmente, Benedicto XVI pidió a Dios para que "guíe firmemente las suertes de la Barca de Pedro entre las vicisitudes no siempre tranquilas de la historia que siga velando sobre este pequeño Estado. Pidámosle sobre todo que ayude con la potencia de su Espíritu a aquel que lleva el timón de la Barca, el sucesor de Pedro, para que desempeñe con fidelidad y eficacia su ministerio como fundamento de la unidad de la Iglesia Católica, que tiene en el Vaticano su centro visible y se extiende hasta los confines del mundo".