“Ahora que Eluana está muerta estoy tranquilo porque he hecho lo que tenía que hacer. Otros, no lo sé“, añadió, acusando al presidente de la República, Giorgio Napolitano, de haber “cometido un grave error”. Crisis institucional en Italia La muerte de Eluana no ha hecho más que agudizar la crisis institucional que el Gobierno de Silvio Berlusconi generó el viernes pasado al intentar aprobar un decreto ley que impidiera suspenderle la alimentación y sobre el que el presidente Napolitano se había manifestado contrario. Con ese decreto, el Gobierno pretendía impedir la suspensión de la alimentación a Eluana, contradiciendo una sentencia definitiva del Tribunal Supremo, que autorizaba a la familia a dejarla morir.