(Luis F. Pérez/ReL/Zenit) El padre Lombardi desmiente de esa manera las interpretaciones de la entrevista que concedió al diario parisino La Croix, según las cuales el sacerdote reprochaba al cardenal Castrillón Hoyos el no haber informado al Papa de las declaraciones de negación del Holocausto por parte del prelado tradicionalista británico residente en Argentina. Como explica el portavoz, el cardenal "conoce muy bien las posiciones del superior general" de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X, el obispo Bernard Fellay, "pero esto no implica que deba conocer o tener en cuenta todas las ideas y opiniones de cada uno de los miembros de esta comunidad sobre diversos temas". "Naturalmente todas las negociaciones las ha adelantado con el superior general y no con los otros obispos", aclaró. "No era sólo el Papa quien no estaba informado de las posiciones de Willianson respecto a la Shoah. Monseñor Willianson, recordemos, está generalmente en Argentina. Es compresible que el mismo cardenal Castrillón no estuviera informado y menos de la última entrevista a la televisión sueca". En las declaraciones del padre Lombardi a La Croix, que algunos interpretaron como un reproche al cardenal, decía simplemente que es "la persona que conoce mejor la situación con los lefebvristas", "pero esto no significa que el cardenal Castrillón tuviera que conocer con claridad la postura revisionista de Willianson". "Continuamos teniendo la mayor confianza y agradecimiento por el trabajo difícil y complejo que el cardenal ha hecho y esta haciendo para tejer de nuevo esta relación muy delicada y para reconstruir la unidad de la iglesia, tarea que realiza por encargo específico del Papa", reconoció el padre Lombardi, confesando su admiración por el servicio a la Iglesia del purpurado colombiano. "Con el Santo Padre el cardenal Castrillón tiene una relación de confianza total, porque es uno de sus más cercanos colaboradores. Este tema delicado de la reconciliación de la Iglesia con los grupos tradicionalistas que se han separado, es una situación que el Papa la ha sentido muy profundamente, porque él lo vivió en primera persona". El cardenal Joseph Ratzinger, siendo prefecto de la Congregación par la Doctrina de la Fe, llevó en nombre de Juan Pablo II las negociaciones que buscaban promover la reconciliación con la fraternidad que fundó monseñor Lefebvre, ya octogenario, en 1988. Aquellas negociaciones fueron interrumpidas por el arzobispo al consagrar sin el mandato del Papa a cuatro obispos, que de este modo incurrieron en excomunión.