(Efe/ReL) A diferencia de su predecesor, George W. Bush, que acudía con regularidad a los servicios religiosos de los domingos, desde el día posterior a su investidura, cuando acudió a una ceremonia en la catedral de Washington, el mandatario actual no ha ido a la iglesia. En un país en el que la mayor parte de los habitantes se declara creyente y forma parte de una congregación religiosa, la cuestión de si un presidente va a la iglesia puede ser de gran importancia. Obama, según aseguró Gibbs, echa de menos no contar con una iglesia a la que acudir con regularidad. Y dados los problemas económicos que vive el país, declaró, el presidente probablemente reza, aunque no sea en un lugar de culto. Durante la campaña electoral Obama abandonó la iglesia de la que había sido feligrés durante años, la Trinity United Church of Christ, en desacuerdo por comentarios racistas de su pastor, el reverendo Jeremiah Wright.