En una ceremonia que se ha desarrollado a la perfección,
Mario Iceta Gavicagogeascoa ha sido ordenado como obispo de la Iglesia Católica para desempeñar el cargo de obispo auxiliar de Bilbao. En la homilía que tuvo lugar previo a la ordenación, y tras explicar la importancia del ministerio episcopal y la necesidad de comunión con toda la Iglesia.
Monseñor Blázquez ha pedido a Monseñor
Iceta que desde ya trabajen codo con codo para pastorear la iglesia local que el Señor les ha encomendado. El nuevo obispo se ha dirigido a los fieles en castellano y euskera, proclamando que su principal cometido es anunciar a Cristo resucitado, de quien obtenemos la salvación. A Él ha pedido la paz que tanto ansia el pueblo de Dios en tierras vascas. Tras recalcar la importancia de la unidad de todos los fieles de la Iglesia, Monseñor
Iceta ha asegurado a Monseñor
Blázquez que le servirá con fidelidad, discrección y obediencia. Reproducimos la entrevista que Deia realizó al nuevo obispo auxiliar de Bilbao antes de su ordenación:
Ya en capilla. ¿Resulta difícil contener los nervios? El día está siendo tremendamente agitado. Ya he empezado a recibir a algunas personas que llegan como invitados a la ordenación. Pero lo afronto con mucha paz y tranquilidad porque los ejercicios espirituales que he hecho esta semana me han puesto en presencia de Dios.
No me diga que no tiene ni una mariposa en el estómago. Con tantos preparativos y con la mudanza, no he tenido tiempo de darle muchas vueltas. Estoy durmiendo perfectamente.
¿Cuál va a ser el mensaje que quiere transmitir en su ordenación? El mensaje es que vengo con total disponibilidad a servir a esta Iglesia de Bizkaia y a ponerme al servicio de Ricardo Blázquez. Por eso el lema es servidor de todos. Un lema elegido para ejercer como nuevo sucesor de los apóstoles en la tierra donde nací. Porque no soy más que un pastor que viene como servidor de todos, sin ninguna exclusión.
Hoy será un día lleno de apoyos... El de su pueblo, Gernika, para empezar y el de los numerosos cordobeses, su anterior diócesis, que vienen a expresarle su cariño. Sí, claro. Gracias a Dios, he recibido apoyos de muchísima gente. Desde que en febrero se hizo público mi nombramiento, he recibido muchísimas llamadas de teléfono y todavía hoy sigo recibiendo entre ocho y diez correos electrónicos diarios de felicitación por mi designación. Y he de decir que he recibido apoyos de todos los estamentos, laicos, sacerdotes... Todos me han expresado su apoyo y su oración en este nuevo ministerio que empiezo.
Pero quizá también sea un día para que se reaviven las críticas que su nombramiento ha suscitado. ¿Tiene la impresión de que se le ha tratado con poco guante blanco? ¿Que ni siquiera le han concedido los cien días preceptivos para que aterrice en la diócesis? Sobre las protestas, sólo tengo información de segunda mano. Personalmente nadie me ha trasladado ninguna queja. Lo que conozco lo sé a través de terceros, de gente que me ha ido diciendo: "Mira lo que ha aparecido publicado en la prensa o mira lo que dicen sobre ti en tal foro de internet". Pero yo tengo la sensación de que con la buena voluntad de todos, sabremos buscar el bien de la Iglesia porque el espíritu de comunión y de caridad se va a imponer a las críticas puntuales.
¿Atribuye el revuelo a que la comunidad cristiana vizcaina es demasiado temperamental? Desde luego es muy dinámica, tiene muchas inquietudes y es absolutamente pluriforme. Pero las críticas no son un tema que me genere una preocupación excesiva porque el espíritu de comunión se va a terminar imponiendo.
Dice usted a menudo que cuando le conozcan en las parroquias se van a terminar los recelos. ¿Tanta fe tiene en sí mismo? Es que, a veces, a la gente se la define con estereotipos, se le ponen etiquetas sin conocerla directamente y nos dejamos influir por algunas cosas que se dicen. Siempre he pensado que es un error hablar de las personas fijándonos etiquetas previas. La Iglesia se mueve en el terreno pastoral y no funciona con parámetros manidos. Por eso yo no opino si no conozco de primera mano la realidad. Porque, a menudo, el tiempo nos demuestra que los clichés preconcebidos y los estereotipos prestan un flaco favor a la verdad.
Cuando pase este fin de semana y el lunes empiece su misión pastoral, ¿qué retos se ha fijado? El primer y principal reto es conocer la Diócesis de Bilbao, escuchar a todos los feligreses y hacerse cargo de las cosas buenas, de las mejorables, conocer nuestras virtudes y nuestras necesidades. Pero, sobre todo, el reto fundamental es descubrir de qué modo puedo ayudar y servir mejor a esta Iglesia.
¿Sigue pensando que su nombramiento ha sido un don del todo inmerecido? Por supuesto, siempre he expresado mi agradecimiento a Dios por confiarme este ministerio a pesar de mis debilidades, aunque siempre he ejercido con la mayor dignidad todo aquello que me han encomendado. -------------
Felicidades a la iglesia vizcaína Por
Luis Fernando Pérez Bustamante Un vasco de la diáspora, nuevo auxiliar de Bilbao Por
Pedro Fernández Barbadillo