(Zenit/ReL) Exigen "a las Autoridades Nacionales el respeto a los derechos humanos y la protección para todos los ciudadanos, especialmente para los estudiantes universitarios, en el entendido de que la protesta cívica expresada mediante manifestación pacífica es un derecho constitucional reconocido universalmente". "La experiencia nos ha enseñado -apostillan- que cuando el gobierno y la policía respetan y protegen el derecho a la libre manifestación, como sucedió el 23 de enero pasado, no hay violencia". Así mismo, recuerdan a las autoridades que acuerdos internacionales firmados por Venezuela "expresan la prohibición de disolver manifestaciones mediante el uso de gases asfixiantes, tóxicos o similares (Estatuto de Roma Parte II, Art 8 b XVIII)". En este sentido, les hacen presente a todas las partes involucradas lo expresado por los obispos venezolanos en la Exhortación sobre la "Situación del país y renovación ética", al inicio de este año, donde afirman que "todos los cristianos debemos empeñarnos a fondo en la creación de un clima nacional de convivencia y de solidaridad (n° 20)". El comunicado explica que la Pastoral Universitaria, mediante la cual la Iglesia católica se hace presente en el ámbito de la educación superior, "tiene como misión animar y facilitar entre los universitarios --estudiantes, profesores, autoridades, personal administrativo y obrero-- el encuentro personal y comunitario con Jesucristo vivo, de modo que descubran en Él las respuestas a sus inquietudes y esperanzas". Los responsables de la Pastoral Universitaria invitan a todos los sectores de la sociedad, especialmente a los comprometidos con la educación superior, "a trabajar juntos en la construcción de la cultura de la vida". "Nuestro pueblo desea la paz, que sólo se puede alcanzar desde el respeto a la diversidad, la defensa absoluta de la vida, la libertad como valor primordial y el ejercicio de la justicia verdadera", afirman. Así mismo, deploran los atentados violentos contra diversas instituciones, particularmente contra la Nunciatura Apostólica, y los ataques al cardenal Jorge Urosa. Estos hechos, dicen, "indignan y entristecen al pueblo venezolano que desea vivir en paz y democracia". Y concluyen elevando "una súplica al Dios de la vida, y a nuestra Madre la Virgen de Coromoto, rogándoles nos concedan serenidad en esta hora difícil que atraviesa nuestro país".