(La Razón/ReL) Hablando a los asistentes, en su mayoría miembros de la Asociación Católica de Propagandistas (ACDP), les animó a no tener miedo y «proclamar que Cristo es el único Salvador». El presidente de la ACDP, Alfredo Dagnino, regaló al cardenal un sagrario que Cañizares agradeció y comentó que le recordaría a España y a los Propagandistas, en alusión a su marcha a Roma, donde ejercerá su función de Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Dagnino agradeció el «apoyo, cercanía y cariño» del cardenal a la ACDP y recordó que la asociación está celebrando su primer centenario de vida, manteniendo el carisma con el que nació, que consiste en «formar católicos para la vida publica». Dagnino declaró que esta llamada es hoy un «reto histórico», enmarcado en la vocación de servir «a la Iglesia, a España, al hombre» para contribuir al bien común. Cañizares no dejó caer ayer ninguna pista sobre su futuro sustituto al frente de la diócesis de Toledo, por tradición Primada de España. Este cargo, que algunos podrían entender como una herencia anacrónica, fue ejercido por el cardenal como una especie de pastoreo hispano. Perfil docente. Nacido hace 65 años en Utiel (Valencia), su experiencia, más que parroquial, fue sobre todo docente y catequética, lo que le acerca al itinerario y perfil de Benedicto XVI, otro profesor de teología enamorado de la catequesis. Fue obispo de Ávila, después de Granada, y en 2002 Juan Pablo II lo nombró titular de la sede toledana. La confianza de Benedicto XVI quedó patente al crearlo cardenal en marzo de 2006. El Papa siguió atentamente su trabajo en la Congregación para la Doctrina de la Fe y en la Comisión Pontificia Ecclesia Dei antes de encargarle la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, un cargo clave en la Curia.