(Efe/ReL) El vespertino cita al cardenal de Filadelfia, Justin Francis Rigali, que ha manifestado que "una Administración que quiere reducir los abortos no debería dirigir fondos hacia organizaciones que realizan o promueven los abortos como método de planificación de los nacimientos en los países en vías de desarrollo". El diario de la Santa Sede también se hace eco de unas declaraciones del presidente de la Pontificia Academia para la Vida, el obispo italiano Rino Fisichella, a "Corriere della Sera", en las que dice que está "preocupado y desolado" por los primeros pasos dados por Obama. "Quien tiene la responsabilidad (de gobernar), cuando inicia un camino tiene que ser capaz de valorar no sólo las exigencias del propio país, sino también las consecuencias que pueden tener en otro. Lo que ocurre en EEUU recae en otras partes del mundo, por ello hay que ser capaz de escuchar, tener humildad y pedir ayuda a los demás", dijo Fisichella. El obispo, que es también rector de la Universidad Pontificia Lateranense, agregó que "lo esencial es escuchar a todas las instancias, sin encerrarse en visiones ideológicas con la arrogancia de quien, teniendo el poder, piensa poder decidir sobre la vida y la muerte". Fisichella manifestó que la desolación viene, entre otras cosas, de que la medida proviene de un político que se ha presentado como "paladín de la dignidad humana y por ello se espera que esa preocupación también sea para la vida naciente".