(L.R.R/La Razón) Según Antonelli, una «familia sana» es la clave para producir valores sociales importantes, como son aquellos en los que se asienta la «convivencia civil», y lamentó que haya gente que vea la familia sólo como «sujeto de consumo», y no como fuente de valores necesarios. Antonelli agradeció la acogida de México al Encuentro Mundial de las Familias y aplaudió a su sociedad, unida, dijo, en torno a «la lengua (española), la Virgen de Guadalupe y la familia». En los actos del día inaugural tuvo un papel destacado el presidente de la República mexicana, Felipe Calderón Hinojosa, quien relacionó la ruptura familiar con la violencia y el crimen. «La proliferación de individuos que hacen de la violencia, del crimen, del odio, su forma de vida coincide, por desgracia, en una gran medida con la fragmentación y la disfuncionalidad que afectaron a su entorno familiar», declaró el presidente de la República. Calderón lamentó que muchos fallecidos «en enfrentamientos de grupos criminales» son «adolescentes y jóvenes que se formaron en la carencia absoluta no sólo de valores familiares, sino de familia misma». Por la extensión y ubicación de sus intervenciones, el protagonismo de Calderón en el programa contrasta con el papel escaso del presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, en el pasado Encuentro Mundial de las Familias en Valencia en 2006.