(Zenit/ReL) Durante un encuentro con la prensa en la Oficina de Prensa de la Santa Sede celebrado este viernes, el sacerdote recordó que esta cumbre eclesial fue querida e instituida por el papa Juan Pablo II así como las Jornadas Mundiales de la Juventud y reconoció que, aunque muchos se mostraron escépticos ante ambos eventos, a lo largo de los años han dado innumerables frutos de conversión y apostolado. Familias irregulares Aunque algunos temas como el divorcio o los hijos nacidos fuera del matrimonio no forman parte directa del programa del Congreso, serán tocados durante el transcurso del evento debido a que "todos los temas están unidos entre sí", según dijo el cardenal Antonelli. El purpurado aseguró que estos nuevos desafíos para la familia serán analizados en una "óptica de la educación" Y aclaró que la "la Iglesia tiene una actitud de cercanía y comprensión hacia las parejas irregulares, los divorciados", aconsejándoles a éstas que "la labor misericordiosa de Dios para que ayude a entender lo mejor de su voluntad". Aunque los divorciados vueltos a casar no pueden recibir la Eucaristía, que representa la plena comunión con la Iglesia, recordó que ésta "no lo excluye del todo". Por eso a quienes se encuentran en una situación irregular, les aseguró que "pueden participar de la misa y de todas las actividades de la Iglesia". También se analizarán algunos temas como la libertad educativa, la conciliación de los tiempos de trabajo con los de la familia y se hará un "reconocimiento al trabajo doméstico" de las madres de familia, según afirmó el cardenal Antonelli.