(Info-RIES/Abc) Viajes astrales, telepatía, comunicación con los espíritus, hechizos, adivinaciones... Éstas eran las promesas que realizaba la organización desmantelada en Las Rozas por el Grupo de Consumo y Medio Ambiente de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Comisaría General de Policía Judicial. El máximo responsable la banda delictiva, el argentino Alberto Varela, y la otra detenida, Blanca R. B., española, suministraban yajé, un psicotrópico que, lejos de efectos mágicos, los provocaba de lo más escatológicos: diarreas, alucinaciones, náuseas, fuertes vómitos, salivación, midriasis (dilatación de las pupilas), sudoración profusa, convulsiones, temor o agresividad e, incluso, algo mucho más serio: podría provocar la muerte. Viajes astrales o curaciones Las investigaciones comenzaron el pasado mes de septiembre, cuando la Policía Nacional fue alertada por la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios. Según sus informaciones, responsables de una asociación estarían organizando charlas o talleres en los que publicitaban y distribuían “yajé”, sustancia a la que atribuían beneficios y propiedades como la “purificación del alma y del cuerpo”. Tras numerosas indagaciones los agentes confirmaron la existencia de esta organización estructurada que se dedicaba a la elaboración, distribución, venta y facilitación del psicotrópico. Los responsables de esta asociación, un ciudadano argentino y una mujer española, informaban de los usos y propiedades de esta sustancia en restaurantes vegetarianos de Madrid. Entre sus beneficios destacaban la relajación, el viaje astral, la telepatía, capacidad de curación, dar fuerza, comunicación con espíritus, hechizar, aprendizaje de “ícaros” o adivinaciones. Pero realmente uno de los principios activos del “yajé” o “ayahuasca” es la dimetiltriptamina (DMT), un psicotrópico recogido en la Lista I del Convenio sobre Sustancias Estupefacientes suscrito por España, y cuyos efectos negativos son fuertes diarreas, alucinaciones, náuseas, fuertes vómitos, salivación, midriasis (dilatación de pupilas), sudoración profusa, convulsiones, palpitaciones, taquicardia y aumento de la presión sanguínea, un notable efecto afrodisíaco, muestras de temor o de agresividad y, en algunos casos, intoxicación mortal. Fines de semana con “yajé” En estas charlas iniciales, publicitadas en revistas distribuidas en establecimientos de comida vegetariana y otros comercios alternativos, se captaba a personas de toda índole y extractos sociales como abogados, médicos, bomberos, jardineros, administrativos, e incluso menores de edad. El objetivo de la organización era lograr la asistencia a encuentros de fin de semana en un chalet de Las Rozas, en Madrid, en los que, entre otras actividades, se administraba este brebaje durante la noche. El precio de estos encuentros, a los que solían asistir una media de 30 personas, rondaba los 250 euros por fin de semana. En la publicidad que distribuían se explicitaba que había precios especiales para los menores de edad que tomaran “yajé”, con descuentos del 50% o totalmente gratis, según la edad de los menores. La intervención de los agentes se produjo cuando la asociación estaba realizando uno de esos encuentros en el mencionado chalet. En ese momento se encontraban en el lugar 21 personas, 3 de ellas menores de edad. Todas se encontraban en una sala, a la espera de iniciar las sesiones, en la que se estaba proyectando una película pornográfica en una pantalla panorámica. Allí fueron detenidos los dos máximos responsables de la organización: Alberto J. V., de nacionalidad argentina y Blanca R.B., española, como presuntos autores de un delito contra la salud pública. Además, se incautaron 40 kilos de “yajé” ocultos en la planta baja de la vivienda, y un “datáfono” con el que los asistentes pagaban sus estancias y tomas por medio de tarjetas bancarias. Los encuentros habían sido organizados con anterioridad en otras ciudades como San Sebastián o en el centro de Madrid, aunque en la actualidad habían trasladado toda su actividad a este chalet del municipio madrileño de Las Rozas. La operación ha sido desarrollada por el Grupo de Consumo y Medio Ambiente de la UDEV de la Comisaría General de Policía Judicial. Viajaban a menudo a Colombia para traer la droga Fuentes policiales confirmaron a ABC que el yajé o ayahuasca utilizada en estos rituales venía de Colombia. Es más, el grupo —cuyo responsable es Alberto V., en la imagen— realizaba numerosos viajes a ese país para conseguir el psicotrópico, que metía en maletas y conseguía burlar los controles de Barajas. Aun así, hace cuatro años, las Fuerzas de Seguridad se incautaron de un alijo de esta sustancia estupefaciente en el aeródromo madrileño.