(B.M/La Razón) Después de recordar que «el origen de la vida humana tiene su auténtico contexto en el matrimonio y la familia», el arzobispo de Valencia manifiesta que la vida humana «es generada por medio de un acto que expresa el amor recíproco entre el hombre y la mujer». «La Iglesia insiste en que la familia de fundación matrimonial es la célula de la sociedad», añade el purpurado, que describe cómo «frente a la poligamia, o las uniones temporales, la sabiduría cristiana del matrimonio invita a descubrir el verdadero amor fecundo que se genera y se regenera día a día». El cardenal defiende también la dignidad del ser humano en todas las fases de su existencia al señalar que «sólo por el hecho de existir, cada hombre tiene que ser plenamente respetado». «Las personas no somos objetos de usar y tirar», agrega García-Gasco, quien termina denunciando que «la sociedad mercantilista de la era del plástico y de los productos efímeros no debe llegar a denigrar la dignidad humana». Monseñor García-Gasco materializó su apoyo a la familia cristiana con la asistencia junto con sus tres obispos auxiliares y un séquito de fieles valencianos, a la misa por las familias del pasado domingo en Madrid.