(Luis F. Pérez/ReL) El cardenal, que arrancó los aplausos de los asistentes al mencionar a las víctimas del aborto, aseguró en las palabras de Cristo “dejad que los niños vengan a mí porque de ellos es el reino de los Cielos”, están incluidos también aquellos que empiezan a vivir nada más ser concebidos en el seno de sus madres. "Los niños", aseguró el cardenal, "necesitan del amor de un padre y de una madre para poder ser engendrados, traídos al mundo, criados y educados conforme a la dignidad que les es propia desde el momento en el que son concebidos en el vientre materno: la dignidad de personas, llamadas a ser hijos de Dios. ¡De todos ellos, desde ese primer instante de su existencia, es el Reino de los Cielos!" Don Antonio María también ha advertido de que los niños son los primeros en sufrir las situaciones de pobreza de sus familias y ha recordado la reciente llamada de atención del Papa a la comunidad internacional, sobre el dramatismo de los datos que muestran el estado de miseria en que se encuentran millones de niños en el mundo. El cardenal arzobispo de Madrid ha reconocido que "muchas son en las actuales circunstancias, queridas familias, las dificultades de toda índole –económicas, sociales, jurídicas y culturales, morales y espirituales– que se interponen en el camino de la plena realización de vuestra vocación de esposos y de padres cristianos" y ha propuesto a la Sagrada Familia de Nazareth como modelo para afrontar dichas dificultades. Tanto María como José obedecieron siempre a la voluntad de Dios. "Ese sí confiado y entregado de ambos esposos a lo que quiere de ellos el Señor y a su gracia amorosa es su común respuesta" afirmó monseñor Rouco, quien añadió "¡Ése es el modelo, queridos padres y madres de familia cristiana! ¿Queréis ser fieles a vuestra vocación? Imitad a María y a José. Confiaros a su amorosa intercesión." Al recordar que el evangelio es sobre todo esperanza, el presidente de la Conferencia Episcopal Española, ha proclamado que "¡El amor de Dios ha triunfado para siempre por la Cruz y la Resurrección de Cristo! Es posible, más aún, es bello vivir el matrimonio y la familia como la Sagrada Familia de Nazareth", y ha animado a los presentes al confirmar que "Es posible y es necesario dar testimonio ante el mundo de la alegría honda y duradera que trae la familia cristiana. Es posible y urgente vencer la cultura de la muerte con la cultura de la vida. Se puede y urge vencer la cultura de la dura y egoísta competencia, ¡de la egolatría!, con la cultura del amor verdadero". Texto completo de la homilía del cardenal arzobispo de Madrid